lunes, 28 de enero de 2008

¿De maldito poeta a poeta maldito?

Yo era un maldito poeta, así decía Jeremías, el papá de la novia que embaracé y dejé en el pueblo, cuando decidí venirme a la capi a probar suerte.

Y es que cuando él preguntó: “¿De qué vivirán?” No respondí bíblicamente "el señor proveerá" (por supuesto que de haberlo hecho me habría referido a él, señor padre de Estela), sino que me atreví a decir: le daré mi vida, mi sangre y, de ser necesario, mi arte nos alimentará. El tipo me echó a la calle, sin preguntar más, todavía lo puedo oír diciendo: "Que arte ni que ocho cuartos, mierda vas a comer con ese maldito poeta".
Lo último se me quedó grabado. Yo era como Rimbaud, como Verlaine (lo había leído en la clase de la seño Rosa Iris, alta, graciosa y llena de poemas eróticos), llegué a la conclusión que don Jeremías era un verdadero profeta, yo sería un maldito poeta.

Ángel se rió en mi cara cuando se lo conté, "Estás chalado, esos majes no eran malditos poetas sino poetas malditos". Como aún no entendía la diferencia, el cuate se ofreció a hacerme los trocitos, pues a pesar de que le decíamos "el trucky" y bailaba como Michael Jackson, el cuate había leído bastante poesía y me abrió los ojos.

Entonces decidí que sería un poeta maldito. Mientras leía sus biografías llamó mi atención la palabra sodomía, la subrayé varias veces, en realidad no la entendía. El Ángel me dijo: "nel mano, yo paso, ni creás que te ayudo con eso" y me explicó de que se trataba (ni modo, me acobardé).

Total, encontré que un poeta maldito se mete en el cuerpo cuanta cosa encuentre y luego de esos viajes obtiene la materia prima para escribir. En el pueblo, el Ángel sólo encontró los montes que usa su mamá para curar el dolor de estómago. Luego de fumar manzanilla, durante unas dos horas, ningún verso se me ocurrió. Luego probé con el guaro, pero lo mismo, la cusha de por aquí da unas gomas bárbaras y lo más que logré fue escribir un corrido, la verdad es que el Ángel me dijo que eso de: "Con la goma me sales debiendo" era bastante viejo y que, además, era la canción que tocaron toda la noche en la rockola de la cantina.

La cosa es que me vine a la capi, me inscribí en un taller de poesía, a donde sólo llegan viejitos y amas de casa, seguro que así me convertiría en poeta maldito, pero no muy funcionó.

Con la idea de juntar unos lenes, para regresarme con la Estela, los pocos versos que pude escribir los imprimí en papel fino e intenté venderlos en la calle. Un tipo me dijo: "No le hagás competencia a la señora", así me vine a enterar que el viejito que se para en la esquina, para hacer lo mismo, no era viejito sino viejita.

Otro tipo me dijo que fuera a cuatro grados, le hice caso, pero descubrí que, la verdad, allí sólo hay un chingo de drogos y uno que otro maldito poeta como yo, se nos nota en el cantadito y las hojitas de papel de colores que andamos cargando.

Lo único bueno fue que por ahí encontré a la seño Rosa Iris, estaba sentada en una banca, tomándose un su café y fumándose un cigarro, a la semana ya estaba viviendo en su casa, ella recibía a todos los "intelectuales" de guate, yo leía un par de versos y todos estaban tan contentos que se reían y se reían por horas. Rosa (así le decía, ya después, en confianza) me consiguió pisto para publicar un mi librito, en la pasta tenía un hombre desnudo con la cosa parada (vieran que cosa) y decía que yo era el nuevo Rimbaud (sólo que nada de la sodomía) y me llovían las doñitas cuarentonas que me regalaban cosas... hasta que vino el Ángel. Ese cerote traía su cuaderno lleno de poemas, una pose de "hombre de mundo", además bailaba pegado. No podía negarle que se quedara en mi casa (de la Rosa Iris pues) de plano que no.

Para no hacérselas cansada, una noche que llegué tarde me los encontré cogiendo en la sala, no de a dos, de a tres. La Rosa Iris todavía me invitó a unirme, mi huevo dije, yo no le hago a eso, así que me regresé para el pueblo y los dejé. Al final, el maldito poeta (o tal vez poeta maldito) fue el Ángel, así dice la portada del libro que le editaron.

Arturo Ramboc

8 comentarios:

Vueltegato Editores dijo...

Cabal!, diría Ernesto... Muy bueno, diría le poète maudit...

Saludos, P.

Johan Bush Walls dijo...

Pablo: Hay poetas de poetas, algunos hasta escriben poesía. Gracias por la lectura.

Anónimo dijo...

pues les cuento que estoy trabajando en otra maquila aquí por la San Juan. Me va bien y mi traida compañera de mesa de trabajo se llama Nohelia y es Guanaca.
Ahí les mando el poema que les dije que íba a escribir en la camioneta, no soy lo que se dice muy maldito para escribir, pero la nohelia está rebuena y debo de practicar para escribirle unos buenos versos diamor.

Se titula
El Calvario del poeta:

mujer m aquí.
mujer: he ahí el fruto
eva he ahí el fruto del fruto.
perdónalos por lo que escriben
de cierto os digo que esto es poesía
la hora cero, el final se acerca yá lo esperaré serenamente
síganme los buenos.
En verdad este era un poeta.


termina algo así, porque ya cuando sentí había llegado a la parada de bus de la quinta Samayoa. Saludos a todos.

La Chachi dijo...

Querido Johan
Me entretuvo mucho tu historia. Me encantaria tener un ejemplar de tu libro, donde lo puedo comprar?

Algunos funcionarios de Guatemala, han dado por llamarnos a los periodistas "esa raza maldita"...jajajaja.

Anónimo dijo...

dos estrofas (una rima y la otra casi)

lo bueno es que aunque nada entiendas
y tu pluma por ti velozmente hable
estes tan listo y parco con el sable
mostrandonos sin querer esas pudendas

las letras viven en vos Johan, solo te hace falta un agente literario y tendras ese brillo locamente ansiado por todos tus anecdotarios

Joseph Juanking

Johan Bush Walls dijo...

Anónimo: en verdad te digo, estoy a punto de darte el título de escritor pajero graduado.

Chachy: Por el momento no hay libros, de Johan Bush Walls, disponibles. Pero lo que está aquí en el blog es algo, ojalá tuvieras el tiempo para leerlo.

Tu blog es muy bueno. De seguro el sobrenombre de raza maldita le cae a los buenos periodistas, nada más.

la-filistea dijo...

Alagrannnn!!!
Que tremenda tu biografia vos, casi me haces llorar.

Aventante a hacer un libro hombre, yo quiero uno autografeado por favor.

Johan Bush Walls dijo...

Filistea: El libro está en progreso, si alguna vez un editor se atreve a publicarme, serás la primera o la segunda o la tercera en tener el libro autografiado. Mientras tanto aquí estaré publicando, gracias por tu visita.