martes, 28 de abril de 2009

La novela del martes -Capítulo 2-

Previously

En el capítulo anterior leíamos que Luis Pedro Javier no podía dormir, porque Lucía María Gabriela le reveló que estaba embarazada; ella en cambio dormía tranquilamente cuando fue despertada por un ruido, eso la hizo revisar que la primera parte de su plan estaba consumado, el embarazo era falso, pero ¿estaría equivocada? Todos sabemos que sí se puede embarazar solo con la puntita.

– CAPÍTULO 2 –

Rosa Claudia Susana, la chuchis, llegó por su amiga, como era muy temprano, las 10:30, Lucía María Gabriela todavía no se había maquillado, pero la chuchis ya no se asustaba, por algo era su mejor amiga, eso y que le prestaba dinero, habían hecho que la aceptara tal y como era.

—Puta vos, o sea que el chulito del Luis Pedro Javier se tragó todo el cuento, miralo pues, si la que se tenía que tragar el cuento eras vos, jajajaja.

Sin voltear el rostro, después de gritarle a la Julia Eulalia Pancracia, la sirvienta, que se apurara con el desayuno, se rascó en medio de las piernas, luego el vientre y por último la cabeza, mientras con la otra mano se hurgaba la nariz.

—Lo tengo de un huevo mi chuchis, ese cerote no se me escapa, lo malo es que todavía no lo he probado completito, ahora tengo que lograr que esté conmigo de nuevo, para comérmelo todito; ojalá que esta vez no me cueste tanto emborracharlo.

En un restaurante de la zona viva, Luis Pedro Javier terminaba de curar la resaca del día anterior, con cerveza y ceviche, la receta era infalible; lo acompañaba Julio Jorge José, quien además de ser su compañero de trabajo era su mejor amigo.

—Mirá manito, vos sabés que te quiero, que sos como mi hermano, por eso no te vayás a emputar por lo que te voy a decir, esa chava no te quiere vos, solo está interesada en tu dinero, haceme caso, yo sé lo que te digo.

Sin levantar la vista de la copa de ceviche, se limpió los labios con una servilleta de papel, un pedazo le quedó prendido en la comisura, dio otro sorbo a la cerveza y con voz entrecortada dijo:

—Vos cerote, no sé qué hacer, no me quiero casar, pero y si de verdad está en balonche, ya busqué en internet, dice que sí se le puede clavar un hijo a una chava solo de un chisguetazo. Pero una cosa te digo, me voy a casar con ella, pero de mi dinero no va a obtener nada, esos quinientos dólares son solo míos.

¿Tendrá razón Julio Jorge José? ¿Se quedará Lucía María Gabriela con el dinero de Luis Pedro Javier? ¿Adoptará otro hijo Angelina Jolie? Descúbralo en los próximos capítulos.

Corina Tallada

jueves, 23 de abril de 2009

martes, 21 de abril de 2009

La novela del martes -Capítulo 1-

Luis Pedro Javier no podía conciliar el sueño, las palabras de Lucía María Gabriela resonaban en sus oídos, hasta podía escuchar la música estridente, in crescendo, que parecía decirle tienes que asombrarte.

—No puede ser, si yo sólo le metí la puntita, ella debe estar mintiendo, es imposible que esté embarazada, a menos que... pero eso es imposible, ni siquiera eyaculé, si apenas se me paró.

Lucía María Gabriela, en su cama, dormía plácidamente, soñaba que la Chuchis, su mejor amiga, le ayudaba a buscar el vestido de novia; se miraba al espejo y sus doscientas cincuenta libras se reflejaban hermosas dentro del diseño de gran escote; en el sueño aparecían todos sus ex novios, quienes hacían fila y en medio del llanto le pedían que no se casara. Un ruido la despertó, se sentó en la cama, nerviosa, pero luego se calmó y volvió a recostarse.

—Hoy si le metí el huevo a Luis Pedro Javier, el muy mula no sabe que para hacer un bebé es necesario meterla toda y acabar adentro. Tan lindo y tierno, por eso lo quiero tanto; imbécil, me quedaré con todo su pisto.

¿Qué pasará? ¿Se saldrá Lucía María Gabriela con la suya? ¿Será ella la que está engañada?, descúbralo en los próximos capítulos de su novela del martes.

Corina Tallada

viernes, 17 de abril de 2009

Ocho sonetos de amor

Comentario pajero sobre la poesía de Poe Tamal 'O

Textos hilvanados para expulsar sentimientos reprimidos durante años de conflicto, con sabor a resabios de enfrentamiento civil, en un país subdesarrollado, tercermundista, recién salido de la guerra.

Su autor es un poeta clasemediero, quien aspira a publicar un libro y así poder ser perseguido por extranjeras ninfómanas, que solo deseen tener un hijo con el nieto de Kiqab.

Son textos que salen de la profundidad de su alma, de un lugar tan, pero tan, escondido, que si lo pudiéramos acompañar perderíamos el camino de regreso. La madurez poética se advierte, si se toma en cuanta que sus primeros versos fueron pintas en paredes de baños públicos, frases sencillas pero demoledoras, acá un par de ejemplos. Susy la secretaria de ventas está rica; otra, menos compleja, pero más sugerente: El que lea esto es hueco.

Dr. Sabihondo Piláz

*

Era ella
la que me quita el sueño cuando duermo
y que cada vez que volteo
mi cuerpo hierve de calor al tenerla cerca
y suda por cada poro dilatado

Ella, la única
la que con el tiempo se vuelve
repetitiva, constante, perpetua

La que con su contacto
me devuelve a la realidad que no me pertenece

La misma que su furia aplaco
con un par de analgésicos
que el doctor me recetó
porque esta maldita gripe me atacó

**

Esa noche sonreíste
estaba claro que lo deseabas fervientemente
que tu cuerpo y tu alma pedían con intensidad el mío

Esa noche sonreíste
pensando que te daría completo el sueldo mío

***

Este corrido
no tiene fin
es solo paja, paja y paja

Que Anita se lo baja
y que no se raja

****

Has de conocerme al ver cada uno de mis tormentos
has de conocerme al escuchar cada uno de mis lamentos
has de conocerme al revolver cada uno de mis recuerdos

Pero en tantos años
en tantos días que hemos pasado juntos
tantas fiebres que nos hemos apagado
tantas jornadas de sexo intenso y pagado
de riñas callejeras en las que hemos participado
en moteles enmohecidos de la zona 1

¿Cómo es posible que no sepas?
después de todo ello
que odio la leche caliente en mi cereal

*****

A tí, musa de las cataratas
la que se mantiene fuera de mi alcance
porque no puedo nadar
tú, que tienes intenciones ingratas
pues conoces de mi bolsillo el balance

A tí, niña de mis ojos
la de labios carmesí

Que envuelves mi corazón en antojos
y mi billetera en gastos frenesí

Devuélveme la vida
que te has robado lentamente

Por tu madre influida
y por el dinero
que brota de mi bolsa como en fuente

******

He tratado de ser Bukowski
pero el whisky me da alergia
no alegría

Además, mi esposa nunca está contenta con el sexo
me lo ha contado el panadero

Por eso he tratado de ser Bukowski
sin resultado alguno

Más allá de algunos poemas
publicados en una editorial W

Creo que Bukowski estaría avergonzado de mí
tanto como mis hijos
que tienen un extraño parecido al panadero

*******

Hoy es martes
ayer fue lunes

Claro que la poesía es más que palabras
yuxtapuestas al hipertexto

Hoy es martes
mañana será miércoles

Siempre habrá tiempo para la mala poesía

Poe Tamal 'O

lunes, 13 de abril de 2009

Lo que vas a hacer, hazlo pronto

Era como la décima vez que le preguntaba si estaba seguro, me parecía que el plan tenía más defectos que virtudes. El maestro; sin embargo, decía que era la única forma, solo así habrían de cumplirse las profecías.

Él y yo acordamos que el plan sería secreto, nadie del equipo tenía que enterarse, ni siquiera los más cercanos. Noche tras noche me explicaba las razones, me mostraba el escenario, cada vez más catastrófico; decía que la gente no sería capaz de levantarse, a menos que creyera en algo más allá de sus posibilidades, algo que les proporcione fe y esperanza.

Cuando hablamos del dinero de inmediato pensé en quedármelo, mi vida no había sido buena, aun así yo no tenía derecho a usarlo, pero a mis hijos les serviría.

Pensé que su vocación de mártir no era tan fuerte, aunque parecía dispuesto a hacerlo.

Mientras recordaba nuestra infancia, los años que pasamos juntos, él insistía en lo adecuado de un final así; aunque ese sería el inicio.

Nos vimos esa mañana, revisamos los últimos detalles, nos pusimos de acuerdo. El teléfono sonó a la hora pactada: Boston, irónico lugar, pausa, lo que vas a hacer, hazlo pronto.

Subí al avión, puse en marcha el plan que, en teoría, terminaría entregándolo, él sería considerado un mártir, yo el hombre que lo entregó, un traidor.

Demasiado tarde me di cuenta de la trampa, los hombres a mi cargo tenían otras instrucciones; no les fue difícil secuestrar la aeronave, minutos después escuchaba que un avión se había estrellado contra una de las torres; alcancé a ver a la gente, mientras el segundo avión, en el que yo iba, embestía la otra torre, y todo terminaba en un fogonazo.

No lo recuerdan como un héroe, pero fue astuto, salvó el negocio de la familia. Yo morí en el atentado. George me buscó, era parte de su plan, sabiendo que jamás iba a encontrarme.

Osama

lunes, 6 de abril de 2009

Leyendas urbanas

Antes que se vayan a descansar, por la semana santa, les dejo un textín, a ver si lo leen pue.

Nos leemos el otro lunes.

http://johanbush.blogspot.com/

Salú pue

miércoles, 1 de abril de 2009

No hay nadie en la casa

No hay nadie en la casa, paso diciendo una vieja a un joven que tocaba con insistencia una puerta grande de madera; gracias, asintió el joven, sin moverse, y volvió a tocar. La vieja regresó y le dijo: No me cree ¿verdad? El muchacho no hizo caso y siguió tocando, ella lanzó un suspiro, lo tomó de la mano, lo jaló varias veces, mientras decía: Venga a ver. Lo llevó a la vuelta, hizo que se asomara por una ventana que tenía un vidrio roto. Vea, le indicó. La casa estaba totalmente vacía, no había muebles, solo un montón de periódicos tirados en el piso.

Dejaron la casa hace más de dos semanas, después de vivir durante treinta años acá; de un día para otro, puff, se hicieron humo. La gente empezó a hablar, unos dijeron que habían sido victimas de extorsión; pero en esta zona eso es difícil, la gente controla a los mañosos y lueguito, lueguito se los truenan; otros decían que andaban metidos en el narco, otros que por la crisis perdieron todo su dinero; pero nada que ver, yo los conocí muy bien y sé que tienen suficiente propiedades, ganado y cultivos, para que unos centavitos en el banco les hicieran mella; unos más lo atribuyeron a causas políticas, celos, amoríos, hechicerías, hasta de secuestro extra-terrestre se habló.

La vieja hizo una pausa larga, el joven asentía con la cabeza, esperando que le dijera cuál era la razón por la que las personas no estaban. La anciana se percató de que le estaba contando todo a un perfecto desconocido. Bueno y usted, ¿a qué viene pues? Él respondió: En el periódico salió un anuncio, dice que necesitan un contador. Ella tomó el diario y dijo: ¡Ay! mire jovencito, usted es el tercero que viene en esta semana, a todos les he explicado lo mismo, los dueños de la casa acostumbraban a contratar gente todos los meses, pagaban los anuncios por adelantado, pero la verdad es que no hay nadie que lo atienda.

El muchacho, rascándose la cabeza, haciendo mueca de desencanto, pregunto: ¿Está segura, hoy es lunes verdad, y usted dijo... Ella lo interrumpió, ponían el anuncio los viernes y lunes, vea el próximo viernes, se dará cuenta de que sale el mismito, aunque varía el tipo de personal que piden, desde una sirvienta hasta un ingeniero. Bueno, quizá, contestó él, pero no entiendo porqué dejar pagado por adelantado los anuncios. Ella replicó, mire patojo, ellos planificaban todo, nada se les escapaba, tenían todo al centavo, no cometían errores... Ahora fue él quien interrumpió: Entonces, ¿cómo es que se fueron solo así, qué les pasó, si todo lo tenían previsto? La vieja levantó la vista y lo miró con desconfianza. ¿Por qué desea saberlo, para qué le va a servir la información?, luego frunció el ceño, cruzó los brazos y siguió: Su curiosidad es perniciosa jovencito. Al terminar la frase se pasó al otro lado de la calle, quitó llave en una puerta, entró y a los pocos segundos asomó por una ventanita, para cerciorarse que el hombre se retirara.

El joven volvió a tocar la puerta, varias veces, al rato pasó un tipo maduro, de bigote, se detuvo y le dijo: En esa casa no hay gente desde hace más de cinco años, yo lo sé porque les ayudé a cargar sus cosas, lo que pasa es que no les alcanzaba para pagar la renta, se quedaron sin dinero. El asombro se dibujó en su cara y preguntó: ¿Cómo? El hombre se acomodó el cincho, aclaró la garganta y le dijo: Mire pues, le voy a contar la historia...

Poncho Pilatus