La preparación de la selección nacional, para enfrentar la eliminatoria mundialista, incluía una dieta estricta, baja en calorías, pero rica en elementos que potenciaran al máximo la fibra muscular de cada uno de los futbolistas. Se contrató a un entrenador de bajo perfil, pero con carácter fuerte, los jugadores lo aceptaron de buena manera; la prensa fue cauta en sus comentarios, aún así le dieron el beneficio de la duda. Los clubes ofrecieron apoyo total al nuevo proceso. Faltando seis meses para el primer partido el equipo nacional fue concentrado en un hotel, durante ese tiempo fueron sometidos a un riguroso acondicionamiento físico. Se vinieron los primeros encuentros de fogueo y los resultados fueron alentadores. La eliminatoria sería larga, habría que ir paso a paso. Un país del caribe fue el primero en sucumbir. Superado el primer escollo siguió una cuadrangular. El inicio fue mucho mejor de lo esperado, se ganaron los primeros juegos y después de algunos altibajos se logró la calificación a la última ronda; sólo después todos recordarían el 5 a 0 que se trajo de Costa Rica.
Los primeros síntomas de que algo andaba mal se pudieron observar en Panamá, en el primer choque de la hexagonal final. Más de alguno pensó que había peligro de llegar a perder la fe; sin embargo, el abultado marcador conseguido frente al segundo rival hizo a todos ver al cielo. Lo que vino después nadie se lo explica, se habló de que “el primitivo” se había vendido, que hubo problemas internos entre los jugadores, que algunos se iban de fiesta, que otros no entrenaban, cualquier cosa se dijo. Sólo el tiempo ha dejado ver lo que realmente pasó: La selección se comió los goles de Costa Rica, de México, de Estados Unidos y de Trinidad y Tobago; semejante gula le impidió asistir a su primer mundial de fútbol.
Diego Iespien
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2 comentarios:
espero que el hambre se les haya quitado
Luna: Es la esperanza que tenemos todos, que Alá los guie en su andadura.
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