Yo tengo el pecado original en mi refri.
De verdad, tiene dos mordidas, una de Adán y otro de Eva. Necesito sacarlo porque me genera tentación, con la mano en la nuca se lo dije al sacerdote en una confesión, pero no me creyó. Tuve que cambiarme, a regañadientes, de religión y me pase a una iglesia evangélica, de esas donde pegan gritos, danzan y hablan en lenguas celestiales, yo intenté pero se me trabó la lengua, mejor me quede con el Español; que escribo a medias.
Para no cansarlos no les contaré como fue que acepte al señor, sólo les digo que después recibí unas doscientas setenta y cinco visitas de los hermanos, instruyéndome sobre La Biblia. En fin, le hablé al pastor, con las mismas palabras que se lo dije al sacerdote católico, sin mediar palabra, de inmediato, me impuso sus manos en la cabeza, mientras gritaba: “Satanás, Satanás, sal de ahí”. Créanme, me asusté porque en algún momento pensé que de verdad tenía algo, pero no fue así, el pastor se desgalilló, junto con otros cinco hermanos en la fe y les aseguro que no salió nada; solo yo, no porque haya querido, lo que pasó fue que hubo reunión de ancianos y determinaron que yo era un mal para la congregación, alguna razón tendrían, porque algunos hermanos, por cierto eran los que mejores lenguas celestiales hablaban, me pedían que hiciera mi sucursal evangélica, que se podría llamar la nueva iglesia evangélica del pecado original y poner en medio del pulpito el fruto que originó el pecado. Lo pensé un par de meses, imaginaba que podría copiar el modelito de un señor llamado Cash, de su ciudad de Dios, un colegio, un centro comercial, un auditorio para treinta y cinco mil personas, mega parqueo y venta de “suvenirs”, con fotografías del pecado original; seguro saldría de pobre, pero las sabias enseñanzas de la Biblia me lo impidieron, con ese versículo que dice, “es más fácil que un camello entre en el orificio de una aguja que un rico al reino de los cielos”(omito el versículo para que escudriñen las sagradas escrituras).
Después de seis meses de resaca espiritual , porque realmente me encariñe con los hermanitos , decidí meterme a un taller de Vipasana y Yoga para meditar y encontrar el valor de sacar el pecado original de mi casa.
Después de diez días de silencio, el pecado se mantenía inmutable en la refri.
Ahora estoy en un entredicho, pensando de verdad hacerle caso a la tentación, un día le meteré una mordida, a ver si se aparece Dios en mi cocina, ahí es donde me contradigo, porque si Dios me receta otra vez ganarme el pan con el sudor de mi frente, tendría que trabajar doble jornada, sin derecho a horas extras, con el mismo salario y doblemente sudado.
Un día de estos se lo cuento a un ateo, a ver si se atreve a comprobarlo científicamente.
Poncho Pilatus
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4 comentarios:
Este blog si que es distinto a lo que ya he visto. Te mantiene pendiente de la trama, tratas de imaginar el desenlace, te ríes de tanta ocurrencia y al final, te quedas con la duda de si habrá algo de cierto entre tanta "paja"... Creo que es una forma divertida de dejar escapar tanta verdad.
gracias Sideral, ya vimos tu página, bonitos poemas, esperamos que tu visita se haga asidua.
muy buena siempre me hecho mi cuento pajero a la semana
Luna, un cuento pajero a la semana es mucho mejor que el caldo de huevos en día lunes.
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