jueves, 3 de abril de 2008

Crónica de las noches de gloria

En el principio el espíritu se movía sobre el estadio, era muy temprano y la gente hacía cola, a las nueve de la mañana se hizo evidente que para cuando diera inicio el evento el coloso de la zona 5 estaría colmado por los fieles; pequeñas escaramuzas sucedieron, el fervor de los hermanos se puso de manifiesto, se pelearon entre sí, todos querían entrar, claro que las riñas no fueron las que habitualmente se ven en aquel escenario deportivo, algunos se fueron a las manos, pero sin mencionar palabras soeces, ya se sabe que eso es pecado. No faltó quien se quejara de que hubo preferencias, pues los que hicieron hasta ocho horas de cola cuando finalmente ingresaron se dieron cuenta que adentro ya habían unas diez mil personas. Fue un lleno a reventar, desde aquel fatídico día cuando Guatemala tenía que enfrentar a Costa Rica no se había visto algo semejante; cuarenta mil entraron, quince mil quedaron fuera, pero todos alcanzaron la bendición, el despliegue de medios de comunicación fue impresionante, algo nunca antes visto. La espera se hizo larga, pero los cánticos y alabanzas sirvieron para mitigarla. Cuando Apareció Cash, con dos horas de anticipación, la multitud clamó más fuerte, él vestía un impecable traje celeste, camisa blanca, corbata de rayas azules y celestes, el pelo muy bien recortado, peinado hacia atrás, zapatos negros, era la viva imágen del sanador que da todo sin esperar nada a cambio. Unas palabras introductorias, cánticos al ritmo del grupo musical, y los milagros no se hicieron esperar, todo estaba preparado, fueron curadas diversas enfermedades, tales como: artritis, escoliosis, guillain barré, parkinson, sordera, entre otras; a cada milagro seguía la celebración del apostol, cada una adecuada al tipo de escenario; el primero fue celebrado con un avioncito, en el segundo besó el anillo de bodas y elevó la mirada al cielo, al tercero se fue corriendo hasta la esquina de la tarima y bailó unos pasos caribeños, despues del cuarto corrió unos metros y haciendo el gesto de quien arrulla a un niño lo dedicó a las tribunas, el quinto fue apoteósico, tomó impulso, salió corriendo y dio tres vueltas en el aire, cayendo parado con la mirada hacia la congregación y los brazos en alto; siguieron muchos más, a cada uno sucedía una celebración distinta, ya para el último todos corrieron hacia él y lo cargaron en hombros, y dieron la vuelta olímpica. La multitud enardecida celebró mejor que si Guatemala hubiera calificado al mundial. Todos lloraron y se despidieron, no sin antes dejar sus donativos y prometer que seguirían el camino trazado por su guía, el camino que los llevaría a ciudad de dios.

Jonás Ungido

6 comentarios:

Anónimo dijo...

malisimo....

Anónimo dijo...

Una pregunta: ¿las personas llegaron con el milagro consumado o se les hizo el milagro delante de la multitud?

or!kid dijo...

ya re apareci http://orkidlanats.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Ya se que son pajas pero hay un punto de general razonamiento: el Show, el espectaculo. La adoracion no de Dios si no del hombre, tipo carismatico y de mirada de nino travieso. Solo pajas vos. Saludos

Johan Bush Walls dijo...

Anónimo: Gracias por la visita

Lengua Calva: Lo de los milagros en esos eventos, ya se sabe, son parte del show.

Orkid: Que bueno que hayas reaparecido.

Cristian: Todo es un espectáculo bien montado, un gran negocio.

Anónimo dijo...

antes se decía: chafa y cura, comida segura ahora se dice: diputado o pastor, mucho mejor.