jueves, 10 de abril de 2008

Análisis de la generación pajera

Son coetáneos, los une la misma nacionalidad y generación. Es cierto que la diferencia de edades entre los miembros extremos: Beto Cabal y Paco Pericles, es de 30 años, pero, ¿quién se fija? Es cierto que su líder es beliceño, que una de sus miembras con mejor sentido del ritmo musical es de ascendencia uruguaya y descendencia mexicana; y que hay alguna influencia miskita, maya, nicaragüense y salvadoreña pero, ¿a quién le importa? Entre todos conocen Centroamérica, México, Uruguay, Brasil y Argentina, uno que otro ya llegó de mojado a Estados Unidos y Europa; uno que se fue atrás de la cortina de tortillas regresó en avión pagado por el hermano gobierno norteamericano, a otro no lo han encontrado todavía ni se sabe con certeza donde está, pero envía giros a su familia y aportes literarios por King Express. El que se fue a Europa se comunica por café Internet y me han pedido que, por seguridad, no mencione que está en un país detrás del muro de pan blanco, no vaya a ser que lo regresen nadando.

Tienen una formación intelectual semejante: unos son contadoras y contadores (de historias y de sílabas), otros son abogadas y abogados (abogan por los textos propios), médicas y médicos (curan las obras ajenas), psicólogas y psicólogos (hacen el análisis último de las motivaciones primeras), carpinteros (reparan cuentos y poemas), todos son planificadores urbanos (se la pasan aplanando calles y doblando esquinas), todos son economistas (de palabras pero más de quetzales), todos son promotores culturales (enseñan a escribir y desenseñan a leer), ninguno es crítico con licencia (no tienen maestrías ni doctorados en Literatura, Poesía ni en Ciencias Ocultas, ni pertenecen a la Real Academia de Deslenguados), pero todos son críticos literarios (se la pasan pelando el trabajo ajeno), y un largo largo etcétera.

Todos han recibido las mismas influencias (leen Nuestro Diario y Al día) y tienen las mismas preocupaciones: agarrar cualquier chance para comer medio bien. Sostienen un liberalismo comunitario, defienden la libertad de escribir lo que a cada quien se le dé la gana y todos están bajo la influencia de la posmodernidad —aunque reniegan de ella— que se ha desarrollado ampliamente en Guatemala, sobre todo en las zonas 1, 5, 6, 8, 17 y 18.

Cuando el pisto se los ha permitido, han publicado bifoliares, trifoliares y volantes de esquina, y uno que otro libro que se venden muy bien en Alemania y Japón, sobre todo por Internet.
El suceso generacional que los aglutina son dos: el terremoto del 76, la guerra civilizada de los 36 años, el hecho de que algunos no habían nacido cuando esos acontecimientos sucedían, no importa. En torno a ellos se reúnen estos autores a tomarse unas chelas, hablan de las columnas guerrilleras que vieron por fotografías en la revista mexicana ¿Por qué?, y de la miseria que han visto de cerca en la revista del mismo país ¡Por esto!, y de cómo se libraron de los tetuntazos que les iban a caer en el terremoto. Todo desde un punto de vista analítico, temático e ideológico.
Esta generación posee presupuestos estéticos, lenguaje y estilo refinados (en las refinerías del presidente Hugo Chávez), que se oponen a los de la generación anterior: la posmodernista. Tienen una regla, la misma es inviolable y respetada por todos los miembros de la generación pajera:

"Veo primero la paja en mi texto y no la paja en el texto ajeno".

Por consiguiente, están en total desacuerdo con todos los conceptos creados en el siglo XX y que terminan en ismo, especialmente con el posmodernismo. Están a favor de desinflar la prosa y acallar el silencio, responden a la prosa inflada y posmodernista con obras serenas y brillantes, donde la lengua se atropella pues las palabras contienen más ideas de las que se pueden plasmar.

Los más destacados miembros de la generación pajera, en orden alfabético, son: Adán Neil, Beto Cabal, Charly Idol, Félix De Orellana, Jonás Ungido, Jorge Arenas, Mill Soles, Paco Pericles, Pepe Luis Cardamomo, Poncho Pilatus, Rolando Florido y otros muchos que sería largo enumerar, el precursor de este movimiento es Johan Bush Walls, a quien se le conoce como El Pajero Mayor.

Dr. Sabihondo Piláz

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