jueves, 7 de mayo de 2009

Cuatro micro-relatos

1

Se fue a dormir con la esperanza de repetir el sueño de la noche anterior, estaba convencido que, de suceder, ahora sí se haría realidad.

Extendió los brazos, como desperezándose, toco unas paredes membranosas, advirtió que flotaba en un líquido viscoso, entonces despertó dentro del estómago del dinosaurio, pero Monterroso no estaba ahí. Sólo la mitad de su sueño se hizo realidad.

2

Destilaba veneno por su pluma, de eso nadie tenía duda. Lo que todo mundo se preguntaba era si su muerte había sido a propósito o accidental.

3

La torre de ese castillo se parece a la cosa del hombre; aquel pez es igual a lo que mi hermanita tiene en medio de las piernas; Pinocho está teniendo una erección en plena cara; ¿por qué se sienta el hada Campanita en la nariz de Pinocho? Yo lo sé.

Ay hijo, parece que a tus dieciocho años ya es hora de dejarte ver películas para adultos.

4

El infiltrado hizo la señal, los demás se vieron unos a otros, quedaron en silencio absoluto; pasaron cinco minutos, se antojaba inhumano mantenerlo ahí, el cambio se hizo obligatorio, sin él la remontada era imposible, los locales resignaron el título.

Dino Doblado
Para el maestro que escribe los cuentitos
El texto 1 es un cuento pajero que le debía, pago mis deudas; los textos del 2 al 4 fueron motivados por un micro-relato de Dublín.

20 comentarios:

Martín Gardella dijo...

Johan, muy buenos estos cuentos cortos. En especial me gusté el de la tinta veneno. Un abrazo

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Un verdadero pajazo. El tercero me sacó varias carcajadas.

Nancy dijo...

Johan, el maestro de las pajas y las ocurrencias.
Apapachos

Esteban Dublín dijo...

Buenísimos, sobre todo los enlaces. Jajajajajaja.

No me hagas caso. Pero de verdad que me alegra contribuir a que se hagan estos cuentos. El del veneno me encantó. No le sobra una coma. Es perfecto.

Nancy dijo...

Coincido, el del veneno es genial.

Esteban Dublín dijo...

Se me olvidaba, Johan: muchas gracias. Muchas, pero muchas, pero muchas, pero muchas gracias.

Ahora entiendo por qué no encontré al viejo Augusto. Y por qué todo lo que pisaba era tan baboso.

Esteban Dublín dijo...

Johan, leo y releo el segundo cuento, el de Jorge Mario, y confirmo que es perfecto.

Te felicito, de verdad. Diste en el clavo preciso. Me encanta. Ees le mejor microcuento que he leído en las últimas semanas.

Felicitaciones y venias.

Johan Bush Walls dijo...

Martin: Que bien maestro, que te hayan gustado digo.

Alejandro: Al menos funcionaron para vos, me alegro.

Nancy: Gracias maestra, apapachos de vuelta, o sea recíprocos pue.

Esteban: En verdad me alegra mucho que te hayan gustado, ya ves lo que provoca el intercambio.

Salú pue.

Aaron Lechuga dijo...

que tal maestro Johan, bueno digo, me he ausentado de tu blog, pero estos cuatro cuentos cortos son para ponerte a pensar, y a reir, me han gustado mucho los cuatro no tengo mas que decir que que calidaaaaaaaa

Gustavo Sánchez dijo...

Fue suicidio, como el del alacrán que mató a la rana al cruzar el río.

Ángela Cuartas dijo...

Don Johan. No solo me encantaron los cuentos, sino lo que hiciste, especialmente con el segundo: eso de llevar al lector como a una cadena de lecturas. A veces me desespera cuando la gente hace eso de enlazar cada palabra que escribe con algo de la web, pero en este caso tiene todo el sentido del mundo y es muy muy bacano. Gracias por regalarme esta rica lectura de jueves por la noche.

el Kontra dijo...

Tito... inmortal!!!

Unknown dijo...

Es mi primera vez con los micro relatos... Me ha gustado mucho. Más a estas horas de la mañana ...

Johan Bush Walls dijo...

Seth: Que bueno verlo por acá de nuevo maestro, por cierto, ¿tiene blog?.

Y que bien que le hayan gustado los cuentos.

Gustavo: Es un misterio maestro, nunca lo sabremos. Por cierto, bienvenido a esta su casa de paja.

Ángela: Algunas veces los links nos traen agradables sorpresas, y lo de regalarte la bonita lectura, al contrario gracias por ser una bonita lectora.

Kontra: Vamos a proponer que se cambie la letra del himno nacional. "Tito tu nombre inmortal".

Tim: Me alegra verlo por acá de nuevo, y que si fue su primera vez, que no sea la última.

Salú pue.

Gabriel Woltke dijo...

si algun viejo que no recuerdo decía que en el cuento se gana por k.o. con el tercero dejaste al broder varado en la báscula y nunca supo si en verdad era peso ligero.

esa migración entre géneros, del cuento al chiste, del chiste al cuento.

yeah

Johan Bush Walls dijo...

Gabriel: Maestro, siempre he pensado que un buen chiste es también un micro-relato. Gracias por el comentario, bienvenido a esta su casa de paja, vuelva pronto.

Salú pue.

Luisa Tejada dijo...

ja, ja. Muy bueno!! Imaginar a Pinocho en esos trances, no me lo había pensado.

Un abrazo, te estaré siguiendo!!

Johan Bush Walls dijo...

Maya: Ni te imaginas todo lo que hacía ese patojo de palo, era un mañoso.

Acá te espero.

Salú pue.

PROSÓDICA dijo...

Wajajaja lo máximo lo de Pinocho, no lo había visto desde esa perspectiva... hmmmm, pero joder!, no quiero ni imaginarme a pepe grillo en la misma nariz!.

Siempre rico leerlo don Johan.
abrazos.

Johan Bush Walls dijo...

Prosódica: No extrañaría que hubiera sido Pepe grillo el de la idea; ya vio que uno siempre puede fusilarse los viejos chistes.

Salú pue