La primera temporada de futbol que vi fue cuando el Real Madrid tenía una colección de muñecos, que comenzaba con David Beckham. Me tiraba todos los partidos en la tele, no me perdía uno, hasta llegué al extremo de hacerme socia del equipo y, por supuesto, ir al Bernabeu a verlos en vivo; ahí conocí a Luis, quien no tenía un cuerpo de colección, pero era coleccionable.
No creo entrar en la categoría de Cougar, aunque paso de los cuarenta, mi posición económica es desahogada, tengo trabajo estable, auto deportivo y cuerpo decente, ni siquiera porque mis parejas usualmente son menores que yo; Luis, por ejemplo, tenía veintiún años cuando lo conocí.
El futbol no era lo mío, pero los hombres si, por eso me hice fan, de esas a las que llaman groupies. En un par de años llegué a tener suficiente influencia en la porra, y con los directivos del equipo, por lo que las invitaciones a los afterparties eran frecuentes.
La experiencia que dan los años me ayudaba a no andar de cacería, las oportunidades llegaban de forma espontánea, cuando sucedían le entraba.
Las jovencitas eran impactantes, muchas de ellas esculturales, yo no; aun así, muchas veces me tocaban los bocados más suculentos, otras tenía que conformarme con alguien más grandecito; doy fe, por ejemplo, que dar cabezazos no es la única habilidad de Zidane, era excelente en otras áreas, y no hablo de cosas relacionadas con futbol.
Mis amigas siempre preguntaban: ¿Cuál es el atractivo?, ¿qué les ves? Nunca me entendían, a pesar de que les enseñaba las fotos de Beckham y los demás.
Cuando apareció Cristiano me quedé helada, el niño es hermoso. Nunca antes vi un cuerpo como el suyo, con esa carita tan dulce.
Tenía que llegar hasta él, no sabía qué hacer, porque la lista de espera era enorme; hasta a Paris Hilton se le antojo, lo montó en su avión y se lo llevó varios días; presumo que la única monta fue la del avión, porque luego dijo que no era su tipo, que le pareció muy femenino.
Lo mejor que pudo pasar, para mí, no para el equipo, fue la lesión de Cristiano. Me las ingenié para hacerle de enfermera; no fue en una fiesta, pero conseguí estar con él, sentir su olor y sus manos; también él sintió las mías, y yo su duro trasero.
Hace unos días, mis amigas volvieron a preguntar: ¿Por qué te hiciste fan?. Les mostré un poster de Cristiano, en el que hace publicidad de ropa interior; les conté de mi experiencia como enfermera y les dije que Paris Hilton tenía razón. Creo que a partir de ahora habrá cinco loquitas más que seguirán al Real Madrid.
Karla Yanina
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6 comentarios:
jajaja... suena divertidisimo!.
eso de hacerse pasar por otra persona, suele ser emocionante.
un saludo
yo por eso tambien le voy al milan jejeje
SALUDOS!
El RM va de culo con tanto modelo.
¿Se juega al futbol o a enseñar calzoncillos?
Sonia: Ajá, o sea que usté ya se ha hecho pasar por otra persona. A ver, cuente cómo es.
Tereza: Buena elección maestra, dicen que Ronaldinho ya está volviendo a su nivel.
Bwana: Quizá lo mejor sería que jugaran en calzoncillos, pero que lo hicieran bien; así matan dos pajaros de un tiro.
Salú pue.
Hola, Johan. Hace rato no pasaba por aquí. Fue grato encontrar un cuento de fútbol, aunque yo le vaya al Barza.
Un abrazo, querido amigo. Fue muy grato verte pasar por allá de nuevo.
Esteban: Yo siempre paso a leer los cuentitos maestro, aunque suene a paja.
Por ahí tengo un cuento pajero sobre un jugador del Barca, lo voy a subir para equilibrar la cosa.
Un abrazo maestro.
Salú pue.
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