miércoles, 22 de octubre de 2008

Él

Mario es figura permanente en el álbum familiar, la primera foto en la que aparece es una donde baila conmigo. Yo tenía seis meses de edad y él se mueve al compás de alguna música, mientras me carga y toma mi manita. Siempre fue un dandi, así se le ve en todas las fotografías, antes y después de la tragedia. Cuando mi padre se envolvió en aquel escándalo, yo tenía seis años, y todos los amigos se alejaron de nosotros como quien huye de la peste.

Apareció en mi casa para llevarme a la suya, casa de hombre soltero, ahí permanecí mientras mi padre lograba probar que Daniela, mi madre, se había suicidado.

Las huellas de tres años de cárcel y la persecución que le hicieron mis abuelos, quienes nunca se ocuparon de mí, dejaron a mi padre cansado y triste. Yo crecí con Mario, él me enseñó a sumar, a leer y a andar en bicicleta. Cuando mi padre volvió a la calle, Mario le rentó el apartamento que tenía sobre el garage de la casa, aunque jamás pagó un centavo. Ambos vivimos ahí hasta mi matrimonio.

Yo lo quería como a un padre, le tenía más confianza que al mio. Solíamos salir de parranda los viernes, me enseñó a beber con medida, a no permitir algunos avances, a defenderme y a golpear donde duele. Me cuidaba mucho, a pesar de ello me casé embarazada.

Recuerdo a Joel temblando, cuando tuvo que pedir mi mano, a mis dos padres; recuerdo a Mario sentado al lado de la cama cuando perdí al bebé; lo recuerdo golpeando a un Joel desarmado, quien no tuvo valor para seguir conmigo, pues ya no seríamos padres.

La noche que volví a casa se convierte en algo confuso: por un lado el beso, un beso apasionado con el que Mario me llevó a la cama, y su voz diciendo: princesa, siempre fuiste mía. Por otro, mi padre llorando y forcejeando con Mario, sin entender nuestra desnudez. Mi mente trata de comprender la historia detrás de todo eso.

Mi padre salió de la casa, por la madrugada, llevaba una pequeña maleta y dinero que Mario le dio. En mis manos tengo la carta, que yo no conocía, escrita por mi madre antes de suicidarse.

Ahora, perdida en tal estado de conciencia, creo que alucino. Al tiempo que leo imagino a mi madre, de pie, en la puerta de la casa, escuchando los gemidos de su esposo, quien disfruta debajo de Mario. La veo acercarse a mi cuna y llevarme a otra habitación, para que no escuche, y luego escribir la nota para su hija, y tomarse todas las pastillas que le dieron para la tristeza, que la acompaña desde hace meses, cuando descubrió que mi padre le era infiel.

Electra

17 comentarios:

Esteban Dublín dijo...

Johan, debo decir que este no es un cuento pajero. Es un cuento tan real y tan crudo como la vida. Siento que está escrito con las vísceras.

Uno de los de Arjona estuvo muy bueno por el humor, pero este lo supera por la crudeza.

Anónimo dijo...

Desgarrador cuento homosexual, un cuento es un cuento, y aunque sea paja, cala en el interior, para risa o lágrimas. Me gustó esta nueva faceta de tus cuentos, me gustan las historias atípicas, Muy buen relato, felicitaciones y saludos cordiales.

el Kontra dijo...

Bueno maestro, como dicen arriba desgarrador, está como para lica de Almodóvar.

Salú

Lena yau dijo...

ohhhhh

Excelente.

Me pillaste.

Muy bueno, Johan!

Crudo y sorprendente!

Cariños!

Anónimo dijo...

Vos, sin pajas, gracias por compartir tu talento.

vesania dijo...

Excelente una sucesion de acontecimientos dolorosos relatados con la maxima confusión con la que se podrían enfrentar estas situacion...

sobrecojedoramente doloroso....

Besos

Fernando Ramos dijo...

Una historia muy bien llevada, que logra mantener el equilibrio y se vuelve intensa, buen final.

Saludos master pajero.

miquelet dijo...

Un magnífico cuento bisexual. La verdad es que me hubiera gustado ser bisexual, ya que tendría el doble de posibilidades de disfrutar del sexo, pero mis genes me dijeron que solamente podría disfrutar con las mujeres. Una pena.

Salud.

Diego Fonseca dijo...

Cmpañero W, el mejor cuento que le he leído.


PS: En inglés hasta me gusta más todavía.

Diego Fonseca dijo...

Anduve por el blog chileno q le recomendaste a E. Vale la pena. Tiene varias cosas interesantes.

sirleito dijo...

bueno la verdad es que lo unico que falto fue que muestres esa épica foto jejejej

te parece si nos linkeamos?

Johan Bush Walls dijo...

Esteban: Hay veces que los cuentos dan para las múltiples lecturas, otras resultan más pajeros, algunas veces la paja tiene algo de realidad, en fin, nunca se sabe en donde quedará un texto, digo yo.

Maestro Cero: Es bueno tenerlo de visita, gracias por los buenos comentarios.

El Kontra: Fíjese que hay un tipo llamado Stephen Daldry, está necio con que le venda los derechos de ese cuento. Ahora que lo veo repetido, de acuerdo, el sexo puede ser desgarrador.

Lena: Veo que la estructura está muy arraigada, pues la utilizas no solo en tus textos, también en tus comentarios. Seguimos en la lectura.

Anónimo: Ahora mismo me estoy recordando de un anónimo pajero que visitaba el blog, hasta hace unos meses, pero bienvenido sea.

Vesania: Lo importante es que el texto provoque la lectura y si provoca algún tipo de sensación en el que lee, mucho mejor.

Fernando: Gracias por las buenas palabras, pasa en las películas, pasa en la vida real maestro.

Miquelet: Yo creo que también se puede disfrutar el doble si estás con dos chicas a la vez, aunque ahora me calificarán de machista, quizá si se hace dos veces seguidas, también se disfrute el doble, hay maneras maestro, sin sacrificar ciertos orificios, digo.

Diego: Abrumadoras palabras maestro, ahora bien, el PD no lo entendí, sería tan amable de amliar un poco.
El chileno, todo lo que sabo, tiene cosas interesantes, solo que es algo parco, pienso, quizá tímido.

Sirleito: Voy a ser pretencioso, la épica foto será la que se te haya creado en la mente al leer, ¿qué tal?

Salú, a todos, pue.

Diego Fonseca dijo...

Nada: que tengo la mala costumbre de traducir los textos en mi cabeza mientras los leo. O de pensarlos en inglés y escribirlos en español --no es que sea perfecto lo mío, aclárole. De puro vicioso, nada más.

A. R. Columnas dijo...

una puñeta regaderil con aderezos de jabon que te irritan. pasas como vaquero, ya te digo.

PROSÓDICA dijo...

Cómo anda mi estimado Johan?, ahora sí que había andado ocupada yo, verá?. Me gustan estos sus giros que se echa en las historias de pronto (en esta sí me agarró, lo confieso).

Siempre es bueno leer una buena historia, de la vida real, del día a día.

Abrazos.

Johan Bush Walls dijo...

Diego: Mire usted que buen ejercicio ese, yo hago lo mismo, también soy bilingüe, hablo español y babosadas.

Hermanos evangélicos: Alabado sea el señor al que representan, ultimamente hay cosas que no entiendo y luego necesito que me expliquen, como eso de pasar como vaquero, pero en fin, si son evangélicos debe ser algo para la gloria del señor. Bendiciones para ustedes.

Prosódica: Maestra, se le extraña, claro que si, ojalá estos mensajes marquen el inicio de su reaparición.

Salú pue.

José Joaquín dijo...

Buen cuento este don Johan, breve y conciso. Ese Mario es un cabrón, se coje al papá y a la hija.