lunes, 17 de marzo de 2008

Procesión

Desde hace varios años se viene escuchando que los fieles cargadores para las procesiones que las iglesias pequeñas organizan, previo a semana santa, han disminuido. Por supuesto que las procesiones de la mera semana mayor no tienen ese problema.


Las iglesias se han visto obligadas, entre otras cosas, a: bajar el valor de los turnos; promover que almas caritativas compren turnos completos, para repartirlos entre sus amistades; organizar procesiones sin cobro; por mencionar algunas.

El problema ha trascendido, al grado de que en El Vaticano se discute la solución. El punto que más desanima a los feligreses es el relativo al peso de las enormes andas, muchos de ellos quisieran cargar, pero regresar el cortejo a la iglesia se hace demasiado cansado, mencionan que el esfuerzo ha enviado a varios al hospital, con lesiones en la espalda, rodillas y hombros.

Para este año se planificó implementar una posible solución al tema, los devotos cargadores están emocionados, pues el día de hoy, en este preciso momento, se está poniendo en práctica.

El tráfico, inusual para la hora que era, a la entrada del periférico, desvió mi atención de lo que mencionaba el locutor de la radio. Los vehículos se apresuraban a pasarse al lado izquierdo, pues los dos carriles pegados al barandal del puente del Incienso estaban llenos. En la medida que me acercaba, a paso muy lento, pude ver una tremenda aglomeración, también observé que adelante del puente el tráfico se aligeraba, un muerto, pensé. Cuando iba pasando por el centro del puente me di cuenta de que ahí se quedaba toda la gente, bajé el vidrio y pregunté, casi dando gritos, que era lo que pasaba, entonces alguien respondió: Es la procesión del Santo Cristo del suicidio.

Jonás Ungido

No hay comentarios: