Todos los periódicos anunciaron en su primera página que el azúcar aumentaría un quetzal por libra.
Reunidos en la suite principal de uno de los clubes más exclusivos, los hombres brindaron porque la estrategia había funcionado.
Los mayores aplausos los recibió quien había tenido la brillante idea de trasegar el producto hacia el vecino país del norte, nadie pondría en duda que allá estaban pagando mejor precio por kilo.
Desarrollar la logística, contratar a la gente para mover el edulcorante, hacer los contactos con la prensa, dar el seguimiento adecuado; eso fue lo más sencillo.
Pensar que unas semanas atrás todos estaban tristes porque no habría bonificación extraordinaria. Ahora la felicidad salta a la vista, la producción del 2009 se venderá a mayor precio de lo estimado, los gastos para lograrlo fueron pocos y todo mundo se creyó la historia.
Juanito Insulino
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9 comentarios:
este cuento no es ninguna paja... trise pero ciero o siguiendo la onda metalera en un pais donde de pronto todos son rockers, "sab but true"
Saludos!
Ese es un cártel, más poderoso que el del Golfo o el de Sinaloa. Malditos.
Engler: Así son las cosas en este paisito.
Anónimo: Peor que el cartel de los sapos.
Salú pue.
No sólo pasa en tu país, y no sólo pasa con el azúcar.
En fin, algún día el rebaño despertará y veremos qué pasa, mientras, seguiré pasando por aquí.
Un abrazo.
Anónimo: Gracias por la visita.
Ananda: No estoy tan seguro de si el rebaño despertará.
Aquí la espero maestra.
Salú pue.
Un cuento azucarado pero amargo
Quimera: Como la realidad maestra.
Salú pue.
Declarémonos diabéticos.
Filistea: Hay que usar Splenda maestra.
Salú pue.
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