viernes, 29 de febrero de 2008

Aúgeme el ínclito placer superlativo. (Vida y milagros de Johan Bush Walls)

La vida de una persona le puede parecer interesante a unos y a otros no. A partir de hoy, estaré publicando mi blog personal en http://johanbush.blogspot.com/ , los espero por allá, saldrá un post cada viernes.

Johan Bush Walls

jueves, 28 de febrero de 2008

Historías proféticas

He de contarles que siendo el año del perro en el calendario chino y el día siete noj en el calendario maya, recibí el mensaje que me convertiría en el hombre que ustedes ven. Siempre he sido muy creyente, pero al mismo tiempo estoy convencido de que El Señor obra de maneras misteriosas. Lo que soy ahora no es producto de la casualidad, todo fue un designio divino, el que tiene oídos que oiga.

Ese día, a primera hora de la tarde, me dirigí a la aldea donde iba a trabajar, era martes, pero nada iba a impedir que mi sueño de cumplir con el sagrado deber de enseñar se hiciera realidad. Sabía que el camino era difícil, por eso viajé de noche, de esa forma el calor no me pondría tonto, quería estar el miércoles a primera hora, para dar inicio, con puntualidad, a mi semana laboral.

Casi llegando a la aldea pude ver un par de luces cegadoras, avanzaban por la carretera, haciendo un ruido infernal, en dirección hacia mí, a medida que me aproximaba su paso se hacía lento, una especie de cruz que se agitaba en lo que parecía ser la cabina de mando. Cuando se detuvo pude ver una escritura en sus cuatro costados "Ca rro- c e ri ll a s- El Va- l l e ". Confieso que me intrigó, pero fue mayor la impresión que me causó ver los rostros brillantes de las figuras que emergieron del interior. De cerca el sonido del aparato era como la voz del trueno, como cadenas de un millar de esclavos.

Uno de esos seres se me acercó, era como un ángel; su ropa estaba atravesada por líneas que brillaban en la oscuridad, sus ojos eran similares a los de un búho, su cabeza estaba cubierta por un pañuelo del color de la sangre. Su voz fué como un grito, me heló las venas, tenía la piel blanquecina, en su mano derecha exhibía una cruz metálica, inmensa, me pidió ayuda, pero no pude dársela, fue entonces que noté la humedad en mi pantalón. me eché a correr como un loco hasta llegar a la escuela, de donde no salí sino hasta el viernes.

Esperando entender lo sucedido, volví los siguientes martes al punto de la aparición, como algo cabalístico, el séptimo martes, por fin, recibí la primera parte del mensaje: una bandera roja. Imaginé que era parte de algo mayor, porque era una bandera enorme, del mismo color que el pañuelo que cubría la sien aquel ángel, "el color de la sangre jamás se olvida", pensé.
Tenía unas letras casi ilegibles y un símbolo que parecía un martillo, sólo pude leer "reteri", quise buscar, en mi interior, el significado, pero no tuve éxito, luego de mucho pensarlo asocié los signos: luces brillantes, ángel, cruces, sangre, todo parecía divino, venido del cielo. Busqué un lugar iluminado, pude ver que en realidad eran cuatro palabras: Fe- reterí y La Paz. Así fue como lo supe, reterí era un lugar, el mensaje me decía que lo buscara, que alcanzar la paz era cuestión de fe.

Traté de investigar, pero todo era confuso, puse a mis alumnos a que me ayudaran, los tenía investigando todo el tiempo. Me retiré a meditar a mi casa, sin descuidar las clases, simplemente no llegaba, pero los estudiantes estaban trabajando, quise compartir mi revelación con ellos. Una noche decidí llevarlos a acampar, para buscar en el cielo la respuesta, caminanos a la orilla del camino, uno de los niños, el más listo, nombraba las constelaciones, "por allá están las Pleyades dijo", en el momento que la nave pasaba, de nuevo, como un rayo; una pequeña chispa cayó a mis pies, luego algo me golpeó en la cabeza. Cuando desperté, la frente me sangraba, una segunda bandera roja yacía a mis pies, sentí un olor a bosque de pinos y agujas de pino en mi cabeza, algo milagroso, porque en ese lugar no había pinos. Los niños me miraban con cara de preocupación, aglomerados a mi alrededor, "hay que seguir investigando", grité emocionado, recuerdo que alguien volvió a mencionar a las Pleyades. Pleyades, luces brillantes, ángel, cruces, sangre, pleyadianos, todo esto es divino, ha venido del cielo, ahora lo sé todo, ahora lo comprendo, hay que seguir investigando, volví a gritar, aún más emocionado.
Otra vez habló el niño listo, “yo me voy, ya me aburrí, no lo haré, un ser humano tiene derecho a no hacer nada”. La profecía había sido completada.

Entonces compañeros, no haremos nada, es un designio divino, no trabajaremos, iremos a la huelga, cobraremos los salarios, bloquearemos carreteras, es la voluntad de las Pleyades, no podemos ir contra el designio divino, además nos tienen miedo, sin nosotros no habrá educación en este país, que ningún maestro se quede atrás. ¿Están conmigo?.

Jo- el Ase- ve- dos

lunes, 25 de febrero de 2008

Entrevista pajera con Johan Bush Walls

Después de varios intentos logré encontrar y entrevistar a uno de los prosistas que, en la actualidad, está dando de qué hablar, especialmente en los círculos más cerrados de la literatura nacional. Al llegar a su oficina, lo veo sentado en una silla giratoria, concentrado, tirando cartas a un sombrero, uno de los muchos oficios que realiza este prolífico escritor. Me invita a pasar, de inmediato advierto la profunda admiración que siente por la literatura; detrás de él se pueden observar colecciones enteras de editoriales guatemaltecas y extranjeras. Todas son obras que sus talleristas le han obsequiado, me explica al notar mi asombro.

Se confiesa amante de la música, me pide que elija, entre los cientos de discos de un estante, la que me guste para tener de fondo mientras conversamos. Le respondo que conozco poco sobre música, me indica que sobre la música no hay mucho que conocer, simplemente hay que saberla disfrutar. Hace sonar un disco del Ensamble Tradicional Árabe Takhat. Se acomoda y elogia mi persistencia para lograr la entrevista. “No todos resisten tantas negativas, además, muchos periodistas no saben entrevistar a literatos, piensan que somos personajes de Hollywood y resultan con grandes tonteras, como preguntar en qué nos inspiramos para escribir” dice, con voz firme, para justificar su conocida evasiva hacia los medios de comunicación.

Nacido en Belice, Johan Bush Walls siente, desde muy pequeño, pasión especial por las letras

¿Cómo da inicio la vida literaria de Johan Bush Walls?
Bueno, nací en la frontera con Guatemala. Por esa razón tengo un nexo especial con este país. Mi padre, Johan Bush Smith, era músico, de él aprendí los ritmos que ahora me sirven en la literatura. Lo recuerdo bailando reggae en las fiestas del Barón Bliss, los nueve de marzo. Con el tiempo nos trasladamos a Belmopan, en donde cursé mis primeros años de estudio, por aquellos años descubro a José Martí quien, de alguna manera, marcó mi porvenir.

¿Y cómo llega a Guatemala?
Como dice Gabo, “la vida no es como sucedió, sino como uno la recuerda”, algo así. Hago esta aclaración porque no quiero que me tergiversen, ahora puedo decir una cosa y luego podría responder o contarlo de otra forma. Cuando daba clases de literatura en Belice, un grupo de escritores guatemaltecos llegó a visitar el país. Ellos coincidieron con la presentación de uno de mis libros de relatos. Les gustó tanto que me invitaron a viajar con ellos; aduciendo que en su país no había un escritor con la gallardía y la sinceridad agridulce que yo tenía para escribir. A la semana siguiente viajamos y de inmediato empezaron a promover el taller.

¿Un taller para aprender a escribir?
No, en el taller no aprenden nada. El que llega y no tiene talento, seguirá escribiendo mal; es el mismo caso de las facultades de letras y las maestrías en literatura, nadie puede enseñar a escribir a nadie; recuerde: “lo que natura no da, Salamanca no presta”. Desafortunadamente en este país todavía creen en los milagros, piensan que una persona le puede poner reversa a lo que no aprendieron de chiquitos. Vea a la selección de fútbol, literalmente, no da pie con bola.

¿Decir eso es un poco atrevido, viniendo de alguien que nació en un país que apenas juega fútbol?
Es cierto, pero al menos no nos engañamos pensando que vamos a llegar a un mundial.

Volviendo a los talleres ¿Qué tienen de especial?
Nada. A estas alturas no sé por qué les dicen talleres. Simplemente les platico sobre algunas reglas gramaticales, las que todo mundo ve como grandes novedades, pues las dice un extranjero.

¿Está diciendo que los talleres son una especie de estafa?
Claro que no, mientras la gente que participa se sienta satisfecha no puede llamársele estafa, además, hasta ahora, nunca se ha cobrado la inscripción . Sólo cuestiono que les llamen talleres.

¿Sus talleristas se sienten satisfechos?
Totalmente, no he recibido queja alguna. Desde que llegué han recibido algo que no tenían: reconocimiento. Extrañamente era lo único que buscaban, ahora tienen el que yo les doy.

¿Ya escriben mejor, entonces?
No hay que ser tan optimista. No escriben mejor, pero escriben diferente.

¿Qué opina de los comunicados que piden que se vaya del país?
(Suelta una carcajada) Sucede que la envidia corrompe a todo mundo. Estoy haciendo algo por sus letras. Algo que nadie había hecho, total, le hago un favor a la comunidad. Eso lo saben hasta los que me quieren fuera.

¿No tiene miedo?
¿De quiénes? ¿De los que me temen?

Pepe Luis Cardamomo

jueves, 21 de febrero de 2008

Ego

Su ego era tan grande, tan grande, que cada vez que miraba para abajo, a la gente real, al populacho, se mareaba, al grado de sentir ganas incontenibles de vomitar; entonces levantaba la mirada, rápidamente, tan rápido que el vomito se le derramaba en la cara, le escurría por el cuello, hasta quedar acumulado en la camisa. Por eso evitaba hacerlo y se buscaba amistades que estuvieran "a su nivel", para no ver hacia abajo.

No podía negar que se trataba de un ego muy bien alimentado, ese que nace en casa con el primer: "Ricardito es el niño más lindo del mundo"; que luego crece con cada: "esa maestra tonta no te entiende"; se nutre de las lágrimas de las noviecitas ingenuas que aceptan un poema que dice: "pues bien yo necesito decirte que te quiero" ( y se lo comen a besos por tan extraordinaria inspiración); y crece cuando los amigos en la universidad le dicen: "de ninguna manera, tus poemas no se parecen en nada a los de Otto René, son visiblemente mejores".

Así que el bichito se convirtió en un ser desahuciado, bueno para nada y presumido; hasta el día del milagro: "Oh señor, que maravillosa suerte tienen los que no se bañan". La frase le venía como anillo al dedo, pues llevaba exactamente un mes de no bañarse, olía a miados y vomitadas de bolo, pero recién había recuperado la cordura, luego de que la noviecita pronunciara aquella exquisita frase: "estoy embarazada". Esa noche en casa de su abuela, la única que aún le daba posada, intentaba rezar, con las escasas palabras que recordaba, metido en el maloliente garage, en donde le permitían dormir, adentro de un carro descompuesto.

Sus plegarías fueron escuchadas, como una revelación, encontró un manuscrito alucinado; firmado por un tío, ya muerto, quien había militado en la guerrilla; a la par del cuaderno encontró un par de puritos, un retrato del Ché y otra parafernalia de la época; cosas que a nadie le importaban (en la familia opinaban que el tío había sido oreja), pero él lo tomó como su legado, así que decidió no contarle a nadie lo que habìa encontrado escondido en el forro del asiento del viejo volkswagen, pintado al estilo hippie.

Tonto no era, las siguientes dos semanas las pasó transcribiendo, laboriosamente, la novela. La noviecita le prestó para las copias y para las fotos, lo demás salió de un gavetazo que le dio a la abuela. Envió el texto al concurso, pero no se sentó a esperar; se las ingenió para conocer al viejito que daba su nombre al certamen, le hizo la barba, le llevó vino, le leyó en voz alta (el viejo ya no podía leer), lo llevó al baño, le cantó canciones de cuna; lo demás es historia: el jurado aseguró que la novela era maravillosa, que la madurez de la voz narrativa se palpaba, incluso consideraban inaudito aquel suceso, pues nada tenía que ver la fuerza del texto, así se podía leer en el acta, con el patojito malcriado que había ido a recoger el premio. Nadie alegó (nadie podía), los muertos a descansar en paz y él a vivir del premio y la fama.

Así fue como definió el camino a seguir: escribir un texto y adular al viejo de turno; entonces vinieron más premios, espacios en los periódicos locales, mismos que cerró alegando que ningún diario nacional estaba a su altura; de esa forma se ganó un lugar en el panteón literario y la posibilidad de hablar mal de otros (su deporte preferido) en sus críticas literarias. A nadie le extrañó tampoco que jamás volviera a escribir con aquella calidad, no era raro, alli estaba Camilo José Cela y la imposibilidad de recrear su obra maestra ( y también estaban otros que sí podían), además tenía de su lado a la crítica, embelesada con su "encanto" y a los viejitos de turno que lo apadrinaban.

Se olvidó de la abuela, de la novia, el hijo jamás tuvo un padre amoroso, su enorme ego le impedía dar amor, ni tan siquiera cosas materiales.

Los años pasaron, llegó a la tercera edad, su camino como crítico había sido mejor que el de escritor (hablar mal de los demás es fácil y da tanto crédito).

Leyó la noticia en el periódico, no podía ser de otra manera, pensó; "de tal palo tal astilla" dijo en voz alta, su error de juventud, su hijo, había ganado el más importante premio nacional de poesía. Sin esperar la publicación del poemario, sin haberlo leído (muchas veces había vertido así sus críticas), hizo la mejor reseña de su vida, hizo énfasis en la fuerza de los versos, la originalidad de las imágenes, aquel texto fue un desborde de elogios. Cuando el libro de su vástago le llegó a las manos, lo abrió con ansiedad, esperaba una dedicatoria, pero sólo encontró un sentido agradecimiento al ministro de cultura (el viejito de turno), leyó con emoción los versos, aquello fue alucinante, "la post-modernidad", viejos jingles publicitarios hilados magistralmente como poemas.

Gabriel Borja

lunes, 18 de febrero de 2008

María y el Ángel

Ángel: ¿Estás allí María?

María: Si ¿quién eres?

Ángel: El ángel del profeta Jeremías

María: ¡Aaaaahhhh!
Un ángel del señor me visita en mis horas de agonía...
¿Quién te ha enviado?

Ángel: El profeta Jeremías dije.
Tiene tiempo de no hacer apariciones públicas y quiere volver a figurar, a recuperar la fama que tuvo en sus mejores días.

María: ¿Y quién es ese profeta? ¿El de ciudad de Dios?
Dile que tiene en mí a una humilde servidora...

Ángel: No, ese es un tal Luna, él cree que ya llegó al cielo porque tiene un avión. Jeremías es un sobreviviente de las sagradas escrituras. Es un anciano profeta, algo llorón él.

María: Ah, que bien. Mira, necesito una profecía. Quiero saber si tienen cura mis males.
Me mantengo con la boca amarga, reseca...

Ángel: Eso es falta de convivios, la solución es un poco boj o en su defecto cusha sanmartineca zompopera.

María: ¡Aaaahhh! pero ¿eso no tiene efectos secundarios?
He visitado tantos doctores y tomado tantas medicinas, que ya no se si seguir confiando en ellos o buscar un brujo

Ángel: ¡¿Estás dudando del profeta?!
¡Mujer de poca fe!

María: ¡Perdón! ¡Perdón!
Tienes que comprenderme, hace tanto tiempo que voy de mal en peor...

Ángel: No, el profeta no puede comprender, sólo hace milagros, se le hace más fácil que comprender a los humanos, pero aquí entre nos...yo tengo un mal similar

María: Bueno, entiendo

Ángel: Pero hace poco, que bajé a la tierra, así como si nada, me tope con la uña de gato
Y me ha funcionado, pero no le digas al profeta.

María: ¡Jejejejeje! ¡que chilero! ahora guardo los secretos de un ángel.
¡El Señor me ha bendecido!

Ángel: Ni tanto, verdaderos secretos son los que guardan los cabezones de allá arriba. Ni te imaginas las grandes parrandas que arman cada fin de siglo, que para ellos es como un segundo, luego a nosotros, los ángeles, nos toca limpiar todo y como comprenderás, toman el universo como pista de baile; se pone peor cuando invitan a dioses y profetas de religiones vecinas, ese si es un despelote.

María: Pobrecitos.

Ángel: Oye, en forma confidencial, porque me caíste bien, te voy a dar el link de las profecías de Jeremías.

María: De la emoción sufrí un pequeño desmayo, pero ya volví...Visitaré esa página en cuanto pueda salir de la cama.

Ángel: Es la reacción de los mortales, algo normal, por eso salgo sin alas, además evito que me pidan que vuele y cosas por el estilo; eso le sucedió a Gabriel hace un par de milenios

María: ¿Y en donde las dejas guardadas?

Ángel: Tengo una paquetera nueva, la compre en mis últimas vacaciones, durante el oscurantismo, las dejo colgadas detrás de las puertas del cielo, san Peter les hecha un ojito.

María: Eeeehhh... ¿y no será mucho abuso, dejar al pobre viejito de encargado? Deberías buscarle un ayudante...aunque, ahora que lo pienso, en estos tiempos no ha de haber mucho trabajo allá arriba, abunda la gente mala y pecadora.

Ángel: Pues, la verdad, no tiene tanto trabajo, no llegan muchos al cielo hoy día, pero allá con Luz y Fer si llega mucha gente, me imagino que es por la publicidad.

María: A los pobres, que somos buena gente, nos miran raro y nos hacen mala cara. Nos va muy mal...

Ángel: Allá tenemos cielo acorde al bolsillo de todos y para los pobres, por ser pobres, existe una tarifa especial. El que quiere azul celeste que le cueste, es el lema. El problema es que la entrada al infierno es gratis y esta plagada de buenas intenciones.

María: mmm...

Ángel: Eso es competencia desleal

María: Sí, verdad, fui mucho tiempo vendedora y tenés razón, la competencia friega mucho

Ángel: Pero que podemos esperar de luz y Fer

María: Mientras más pisto, más fácil acabar con nosotros los pequeños, por eso ahora vivo del empeño, la gente me viene a empeñar sus cosas y ahí les voy ganando algo. Como no retiran sus joyitas o trastecitos, pues las vendo en el mercado o en las tiendas de antigüedades.

Ángel: Interesante

María: Mi único hijo vive en los Estados, así que me manda mi mensualidad para que no me muera de hambre, lo crié a pura venta de ropa, nueva y usada.

Ángel: Algo así se debería implementar para las almas, ustedes los humanos tienen buenas ideas, "remesas para comprar un pedazo de cielo", es un buen lema, “remesas para comprar un pedazo de cielo”, es un buen lema ( ya lo dije una vez). Es que se me cruza el idioma de los ángeles, desde Babel he tenido ese tipo de problemas

María: Vaya que hablo español. Fíjate que antes, allá en mi pueblo, hablaba lengua, pero me vine a la capital, se me hizo fácil aprender la castilla y casi no se me nota el hablado de india.

Ángel: Y a mi no se me nota el acento de ángel, ¿verdad?
Allá tenemos una escuela donde se enseñan 4,000 idiomas en tres meses, con una serie de 60,000 casetes, 8,000 DVD y 125,458 libros de idiomas de todo el mundo.

María: ¡Alagran!, ustedes le ganaron a CALUSAC. Deberían venirse a Guate, para que la gente no se complique tanto con eso de los idiomas, ¿Combinan todos los métodos o uno tiene que escoger?

Ángel: No, simplemente lo hacemos como loros, nos subimos a una estaca, sacudimos las alas y repetimos las frases

María: O sea que cualquiera aprende con ese método. Insisto, deberían de asesorar a los de CALUSAC. No creas, aquí humildita como me miras, sé mis cositas. Mi hijo me pagó un curso, porque me quería llevar con él a los Estados; pero no me hallo por allá... aquí era fácil hablar el inglés, porque te dicen las cosas despacio.

Ángel: Y ustedes ¿cómo viajan?

María: Uy, la forma más fácil y rápida de llegar es por avión, pero se necesita visa, aunque a mi me da miedo.

Ángel: ¿La visa o el viaje?

María: Sólo viajé una vez, pero no me gustó, me da miedo el avión, peor si hay tormenta, uno siente como que va en aquellas carreteras empedradas de mi pueblo. Fui una vez, mi hijo consiguió una carta de sus jefes, que me invitaban a visitarlos a su casa en Los Ángeles, mira que casualidad, pero que miedo. Cuando uno llega, ahí si que puro Babel. La gente habla revuelto y tenía que estar preguntando; revuelven el español con el inglés, el mexicano, el guatemalteco y a veces hasta el cubano o el puertorriqueño, aunque éstos últimos menos.

Ángel: ¿Cuál es el peor?

María: Yo digo que el mexicano.

Ángel: ¿por qué, guey?

María: Porque la gente de aquí se pone creída y habla así como hablaste ahorita.

Ángel: No manches.

María: Y después dicen que vienen de los Estados y sólo vienen con cara de mexicanos.

Ángel: Oye me tengo que ir, después platicamos, me llamó el tenazudo, creador de los cielos y la tierra, el universal, el que creó el mundo en seis días, sin ayuda de nadie, el que descansó el séptimo día; me llama porque de plano se le apagó la compu y no pudo volver a encenderla. .

María: Bueno, a ver cuando me visitas de nuevo. Gracias por tus consejos y por la plática.

Ángel: Lo sabrás cuando caiga una estrella y el cielo se torne rojo, de plano te hecho una llamadita.

María: Gracias, ángel del profeta Jeremías. Alabado seas…

Jonás Ungido

jueves, 14 de febrero de 2008

El método Pavlov para cultirizarse

Era aventado, se metía a cualquier negocio que le sugerían y usualmente le iba bien; por eso le decían Lanzado.

Comenzó ayudando a su mamá a vender frutas, iba a la escuela sin muchas ganas, lo importante para él era hacer dinero, y no le parecía que hubiera buen dinero en estudiar para maestro. Sabía bien que su mamá, en el mercado, ganaba mejor que la maestra de la escuela. Su familia no lo obligó a estudiar, pero decidió terminar el magisterio para que dijeran que era titulado. Luego de graduarse se dedicó a los negocios, con tanto éxito que pronto se vio en un avión, viajando por medio mundo, a veces como turista, otras por negocios.

Un día, en Italia, lo invitaron al teatro. Al ver las luces y los cristales susurro al oído de su acompañante: esto es un palacio, ella era muy dulce, se sonrió y le dijo: sí, La Scala es uno de los teatros más imponentes del mundo. Se sintió mal, herido en su orgullo, porque el tono que ella había usado, a pesar de la dulzura, sugería ese pobrecito que tanto lo humillaba.

De regreso a su finca decidió que se volvería culto, a como diera lugar. Buscando una maestra particular, alguien le sugirió a una joven cantante de ópera, quien además de bonita tenía una maestría en historia. Las semanas siguientes ella intentó enseñarle historia del arte, música clásica, literatura y otras que a él le parecían infinitamente aburridas. Se sentaba a escucharla, pero al poco tiempo le parecía que oía el aleteo de bandadas de pájaros y no la voz de la joven. El colmo fue cuando la maestra le pidió que asistiera a una representación de la ópera en la que ella cantaba; los gritos, las ropas estrambóticas, los hombres maquillados, todo le parecía sin sentido. En la intimidad de su palco se sintió protegido, abrió un paquete de nachos, que llevaba en la bolsa, con tan mala suerte que coincidió con uno de los silencios de la orquesta, el crujido de la bolsa de aluminio resonó en todo el teatro. Al sentir que cientos de ojos lo atravesaban tiró con más fuerza, el contenido de la bolsa se desparramó a los cuatro vientos. La chica no quiso volver a verlo, ni los ruegos, ni las rosas la hicieron cambiar de opinión.

La depresión que le sobrevino lo llevó hasta el consultorio de un siquiatra, porque además se había enamorado de la maestra. El siquiatra, después de escucharlo, le sugirió y explicó El método Pavlov para culturizarse: lo único que tiene que hacer es memorizar un listado de referencias y decirlas con la seguridad de un experto, eso hará imposible que le sigan la conversación y propiciará cambio de tema, a su antojo, al final quedará como un sabio y lo mejor de todo es que las referencias pueden ser fácilmente encontradas en la web, así dice el método.

Con la ayuda de una computadora, conectada a Internet, buscó datos absurdos o cómicos sobre personas, lugares y cosas; hechos científicos irrefutables y aprendió a relacionarlos con otros; así podía decir: no ha habido en la opera voz como la de la Callas, es una lástima que se dejara morir casi anoréxica (el tema de la anorexia es difícil, entonces las mujeres callan porque lo son y los hombres quedan como idiotas si no saben que la Callas era anoréxica, así dice el método); de igual forma, dejaba traslucir datos de conocedores súper ilustrados o trivialidades de moda: ese anillo Cartier de tres oros es sublime, sus multisignificancias son tan atrevidas" (como nadie sabe el significado de los tres aros unidos usted quedará como sabio, así dice el método). También repetía datos sobre el calendario maya, las misiones Apolo, los libros de Erich Von Daniken, las teorías de la conspiración e incluso referencias a Cesar Guzmán.

Su biblioteca fue surtida por un decorador, quien recorrió librerías de viejo; la idea era que los libros parecieran leídos, por eso compró todos aquellos que estaban subrayados, el decorador tuvo el cuidado de poner a la vista todos aquellos libros que hubieran sido adaptados al cine, de esta forma bastaba con ver las películas para enterarse de la trama. En poco tiempo su fama llegó a un nivel monstruoso, por lo que le ofrecieron un ministerio, le hablaron de la presidencia y le fue otorgado un doctorado honoris causa.

El día que le entregaron el doctorado, ya siendo ministro, recibió la sorpresiva visita de su antigua tutora, la atendió con donaire y no falló en uno solo de sus comentarios sobre arte y ópera, al conversar con la chica, ella mencionó lo maravilloso que era el grado de refinamiento que, al fin, había alcanzado, el que como maestra no había podido darle. Unos meses mas tarde estaban comprometidos.

Años atrás, un famoso ganador del Nóbel la había cortejado, el hombre era verdaderamente anciano, el matrimonio le dio la posibilidad de intentar presumir, así que lo invitó a su casamiento, la idea era que viera lo sabio que era su futuro marido.

A la fastuosa boda asistió toda la intelectualidad nacional y algunos internacionales, en su posición de ministro y doctor se sentía seguro; pero ese día comenzó su caída. Bebió un poco de champán, dio sus acostumbrados discursos, cuando, de repente, alguien le planteó: sabías que ahora hay suficientes datos como para pensar que Shakespeare no era una persona sino una compañía, en el calor de la fiesta no advirtió que la réplica que dio a la palabra Shakespeare fue la misma de su interlocutor, como que ya bebiste un poco, le dijo la novia.

En la siguiente hora ese personaje se le aparecía por todos lados, anticipaba sus respuestas y lo dejaba como un tonto que repetía discursos de otro; nervioso, bebió un poco más hasta que la crisis fue inminente, su herramienta había sido descubierta.

Ni que decir, el famoso premio Nóbel ya no habló con él, todos se concentraron en el mañoso joven que anticipaba sus respuestas y que se paraba en el círculo cercano, planteando cualquier tema cinco segundos antes que él lo mencionara.

Lanzado quedó lanzado, la noche de bodas no se consumó, la novia estaba ofendida, pero en el intermedio todavía tuvo tiempo para verla subirse al carro del viejito ganador del Nóbel y también divisó al patojo mañoso, quien colocaba, a manera de trofeo, sobre el auto lujosamente adornado, un rótulo que decía: hackeado por Johan Bush Walls y seguidores.

Thelma Pavlov

lunes, 11 de febrero de 2008

A Johan Bush Walls -Poema pajero, de apoyo-

A los lejos se escucha

Pic pic pic pic

El aleteo del ave que llega a su nido

Que se entretiene en el

Toc toc toc toc

De las teclas que escriben tus poemas

Y vendrán unos y otros

Te atacaran ran ran ran

Con la injuria que solo la envidia les da

Y luego el silencio

SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

Expectante y justo para que vuelvas

Pero volverá, otra vez el tac tac tac tac tac tac tac

De las teclas que nunca se cansaron de hablarte, maestro.

Beto Cabal

jueves, 7 de febrero de 2008

Textimonios II -Cartas de lectores pajeros-Comunicado del Bloque Anti-piedralista

(publicado de manera "voluntaria", sin ninguna "presion")

Nosotros estamos en contra de los talleres literarios del Sr. Johan Bush Walls.

Primero: Es una ofensa que un beliceño pretenda enseñarnos a escribir y a limpiarnos el culito. Teniendo en cuenta que él, como exiliado de su país, no tiene injerencia ni jurisdicción sobre la literatura guatemalteca.

Segundo: Estamos sumamente ofendidos por la serie de pajas que, en nombre de la literatura, ha estado publicando; porque deja sin trabajo a los poetas locales y porque entre tanta paja ya parece que supiera lo que dice.

Por lo anterior: Levantamos nuestra airada voz de protesta en contra de la imposición del Imperio Británico, teniendo en cuenta que los ingleses saben tanto de español como nosotros de literatura.

Esta demanda, basada en los verdaderos intereses del pueblo, llama a la conciencia ciudadana y al levantamiento en letras, todo para proteger a nuestros presentes y futuros poetas; quienes no necesitan de talleres para aprender a escribir sobre: pajaritos, riítos, árboles, putas de barrio, travestis y marihuana.

Exigimos al nuevo gobierno y a su flamante ministro de Cultura, que expulse al Sr. Bush Walls, en beneficio de nuestra soberanía.

Bloque Anti-piedralista

lunes, 4 de febrero de 2008

Textimonios -Cartas de lectores pajeros-

Durante años había tratado de crear literatura. Tomé otros talleres, cursos por correspondencia, crucigramas y sudokus, pero nada había funcionando. Hasta que apareció el curso del maestro Johan Bush Walls. Y con unas cuantas lecciones he podido crear obras brillantes, muy a la altura de mis aspiraciones.
En un anuncio de prensa encontré información sobre los talleres literarios del Maestro Bush. Marqué el número de teléfono y me inscribí. Durante tres semanas completas el Maestro me enseñó los secretos de la poesía y la literatura. Yo antes no creía en estos cursos, pero después de conocerlos me di cuenta de que funcionan. Al principio mis poemas eran pésimos, ahora, según el maestro, sólo son malos.
El método Bush (patente en trámite) permite hacer poemas en pocos minutos, sin necesidad de pensar, gracias al efectivo procedimiento de basarse en otros poetas. Pero que esto no se escuche como plagio, no, simplemente le llamamos préstamo de inspiración.
Con el método Johan Bush Walls hemos logrado algo que de otra forma no tendríamos, reconocimiento literario. Debo agradecer al método, pues desde que lo tomé, me ha cambiado la vida.
Recomiendo a las personas que lo tomen, así podrán escribir, quizá no con calidad, pero al menos con decoro.

Javiercito Pereira (hermano solitario)