martes, 15 de diciembre de 2009

Fiel creyente

Cumplía con el evangelio y sus preceptos, vivía para la Iglesia, compraba todos los años el mismo turno para la procesión de viernes santo, había viajado a El Vaticano, Lourdes, Guadalupe y todos los años visitaba Esquipulas; lucía el cromo de la virgen en el carro, portaba un crucifijo en el cuello y, sobre todo, jamás discutía ni argumentaba sobre lo que no entendía; su cristiandad era perfecta.

Tenía una debilidad, su nieto, un niño hermoso, de ojos enormes, pestañas volteadas y sonrisa pegajosa. Lo amaba más que a sus hijas, era su vida entera.

El niño creció, fue educado según el evangelio, recibiendo el catecismo a su debido tiempo y cumpliendo con los sacramentos de la Iglesia; incluso el cura lo eligió para acólito. Con orgullo, todos los domingos, se sentaba en primera fila, para observarlo mover el incensario; disfrutaba verlo con la ropa roja y la campana, su nieto estaba cada vez más cerca de Dios.

Pasada la adolescencia, poco después de cumplir 18 años, el nieto se volvió distante, cambió su actitud, al grado de ponerse violento.

La situación se tornó insoportable, no aguantaba más, era incocebible que su criatura angelical, por quien daba la vida, se hubiera revelado. Decidió pedirle ayuda al cura.

Llegó temprano y se dirigió a la sacristía, empujó la puerta, sin previo aviso, justo en el momento que el cura se subía los calzoncillos y su nieto se incorporaba, todavía sin ropa. No supo que decir, dio la vuelta y se fue rumiando su impotencia.

Fue ahí que comprendió el por qué de la actitud del nieto. Así es la vida, no se puede competir con la juventud, pensó. Con voz entrecortada dijo: que sea feliz, aunque nunca podré perdonarlo, él era el amor de mi vida, le pagaré con la misma moneda, deben existir muchas iglesias con párrocos jóvenes.

Jean Pol Le Pup

9 comentarios:

Nancy dijo...

Uffff, lo imaginé... qué mala onda... pobre viejo
:o(

Annie Seymour dijo...

WTF!

YoMisma dijo...

eigh?¿?

Esto último eran celos de un amante?

Como eres!!

Saludines,
YoMisma

Johan Bush Walls dijo...

Nancy: ¿Qué viejo?, ah, el cura.


Annie: AJÁ

Yo misma: Todos los amantes son celosos, y la amantes.

Salú pue.

Carlos Guzmán dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carlos Guzmán dijo...

Esta buena tu historia vos. Estoy iniciándome en esto de la redacción de pequeñas historias, podrías leer esta y de cirme que te parece?

Johan Bush Walls dijo...

Carlitos: Con mucho gusto pasaré a leer tu historia, en cualquier momento.

Gracias por la visita

Salú pue.

Nancy dijo...

jajajaja ¡el cura!

Johan Bush Walls dijo...

Nancy: ¿Y quién más pue?

Salú pue.