lunes, 5 de octubre de 2009

Lilith

El único embarazo de mi madre duró doce meses, los médicos llamaron a aquel fenómeno súper-fecundación y no explicaron más. Primero nació mi hermana, justo a los nueve meses, de parto normal, el abuelo la nombró Lilith. Era una niña fuerte y hermosa, pesó nueve libras. El asombro fue cuando notaron que el vientre de mi madre seguía creciendo, un ultrasonido reveló que adentro había otro bebé; por eso fue necesario hacerle una especie de operación cesárea justo a la altura de las costillas, porque ahí me había alojado yo.


Gracias a los avances de la medicina nací tres meses más tarde, pesé sólo cinco libras, pero estaba saludable, me nombraron Eva, como mi abuela paterna.


Toda mi vida ocurrió a la sombra de Lilith, aunque siempre fuimos diferentes. Era testaruda, hacía lo que quería; para ella nada era imposible. Montaba moto, navegaba a vela; quería pilotear aviones y como no la dejaron se lanzaba en parapente desde el filón de Amatitlán. Yo era incapaz de siquiera pensar en hacer cosas semejantes; obedecía en todo, no levantaba la voz, aprendí a cocinar; si mi padre pedía algo, mi hermana se apresuraba a gritarle:

servítelo vos, ¿no tenés pies pues? Jamás sirvió a nadie y hacía que los demás le sirvieran.


Sin importar las diferencias, todo mundo nos consideraba gemelas no idénticas; por eso nos celebraban el cumpleaños el mismo día. En nuestra fiesta de quince años bailó con todo los invitados y como nadie le aguantaba el ritmo llegó a quedarse sola en la pista. A media noche, estando borracha, casi se quita la ropa, pero la detuvieron a tiempo. Vestía traje negro, con vuelos rojos; usaba pulseras de púas y maquillaje gótico. Yo me sentía mortificada, mi traje y mi peinado eran iguales a los de la princesa Bella, de la película de Disney; hasta hice una coreografía con mis amigas y sus parejas; Lilith se carcajeaba.


Fue en la fiesta que conocimos a Adán, era tan guapo como Brad Pitt, bailó conmigo la coreografía, luego se quedó mientras la musica de Lilith sonaba; ella no tardó en sacarlo a bailar, al rato ambos habían desaparecido. La fiesta terminó, mi hermana regresó horas después, se miraba feliz, radiante; mientras yo sumergía mi cabeza en la almohada y lloraba.


Adán vivía cerca de nuestra casa, por lo que Lilith se escapaba por la ventana, todos los días después de la media noche y regresaba como a las cinco de la mañana. Nunca se le veía cansada, en cambio Adán parecía deshacerse.


El día después de la graduación, un Adán enamorado esperaba a Lilith al pie del altar. Mis padres, quienes pensaron que ella nunca sentaría cabeza, hicieron la boda más bella que se puede imaginar. Al lado de una fuente se juraron amor eterno; Lilith hasta se puso vestido blanco y velo, todos brindaron por la pareja.


Había pasado una semana cuando vinieron los primeros problemas. Lilith tenía varios amantes y pretendía seguir con ellos; además, no sabía cocinar, no le gustaba servir; sólo quería divertirse, salir a la calle con sus amigos y amigas. Lo peor fue cuando intentó sodomizar a Adán con un vibrador.


Un día ya no regresó a la casa. Adán vino a ver a mi padre, se notaba desconsolado; parecía increíble pero la amaba y no quería perderla. Contrataron un detective, la localizaron y la hicieron regresar. Mi padre le dijo que tratara de portarse bien, que tenía que servir a su marido, que le obedeciera, que usara ropas lindas y no esos trajes góticos; que se quitara el arete de la lengua, que no fuera agresiva sexualmente. Lilith se rió y le dijo: no padre, así no juego yo, si es tan maricón que se vaya con Eva, ella es como él quiere.


Yo me sonrojé y al mismo tiempo me llené de felicidad. Ellos se divorciaron y Adán se casó conmigo. No hubo fiesta; eso sí, mi padre nos recibió en la casa, nos dio las mejores habitaciones, nos mantenía; entonces no había necesidad de trabajar, por lo que nos dedicábamos exclusivamente a amarnos, vivíamos en el paraíso.


Así fue durante diez años, hasta que empezaron los problemas, creo que mi padre se aburrió de nosotros. Adán era muy aficionado a comer manzanas, por lo que yo siempre las mantenía en abundancia y se las preparaba de distintas formas. Una tarde mi padre regresó con cara de pocos amigos y en cuanto entró dijo: estoy harto de ese olor a manzana, váyanse de mi casa, no los quiero aquí. Estaba como loco, llamó a la policía y nos echó, sin dar explicaciones.


No hubo más remedio que irnos. Adán tuvo que buscar trabajo, yo resulté embarazada y nuestro hijo nació en la pobreza, al poco tiempo nació el segundo.


Para colmo de males, Lilith regresó y fue recibida en casa de mi padre. Cuando se enteró de mis hijos los quiso conocer; de inmediato se entusiasmo con el mayor. Lo sacaba a pasear, lo cargaba, lo acariciaba, le compraba juguetes, hasta llegó a decirme: regalámelo, total tenés otro.


El caso es que cuando ella se fue mi padre la maldijo, por lo que su vientre se secó y no podía tener hijos.


Insistió varias veces, pidiendo que se lo diera; yo no estaba dispuesta a dárselo; así que un día se lo llevó.


Desde ese día la tragedia se estableció en nuestra casa. Todo fue de mal en peor. A mi dolor de madre se sumó el mal trato que recibía de Adán. Nunca volví a saber de Lilith y mi hijo; jamás pude explicarle a Abel, que así se llamaba el menor, qué había pasado con su hermano.


Adán se volvió mujeriego y borracho. Abel creció y decidió salir a buscar a su hermano. Tampoco volví a saber de él. La gente dice que llegaron a encontrarse, que los vieron juntos, caminando hacia el campo, que tenían cara de felicidad.


Ahora estoy vieja, sola, Adán ya no viene a la casa. A pesar de las pérdidas, quizá he recuperado el paraíso.


Evita Peroles

16 comentarios:

Tereza dijo...

Me encanto la forma en la que tomaste los personajes del génesis! Siempre me he sentido atraída por Lilith y su leyenda, y ahora que la leo como persona me quedé encantada.
Felicidades!

Anónimo dijo...

Dicen que la tal Lilith se fue a vivir a Panajachel, donde vive junto a su prole dedicándose a la nueva versión del más antiguo oficio de la humanidad: el periodismo.

Salve, maestro de las pajas!

Anónimo dijo...

porque siempre en las graduaciones terminan pasando cosas raras... siempre, no hay una sola que haya ido donde sea normal.

PROSÓDICA dijo...

Si me permite opinar, Papá de las Pajas, dícese que Balaam ha sido el único en la historia que se ha sentado a negociar con Dios y con el Diablo... más que de Primer Hombre, yo creo que aquí Adán le paró haciendo de Balaam y se saló... o tal vez lo vomitaron por tibio jajaja.

Buen Rollo Papá de las Pajas. Me llega cuando se va de fondo en sus pajas y pone cosas profundas...

Abrazos, muchísimos.

miquelet dijo...

Hay veces que lo mejor que puede pasarle a una persona desgraciada es quedarse sola.

Salud.

Johan Bush Walls dijo...

Teresa: Es un intento pajero por humanizar el mito, además creo que así fue en realidad.

Anónimo: Mire pue, de las cosas que uno se entera, ¿sabe usté en dónde quedaron Caín y Abel?

Sonia: Las graduaciones son celebraciones raras, en realidad no sé por qué celebran, si todo mundo se gradúa.

Prosódica: Usté no tiene que pedir permiso, opine, es más me enojaría si no lo hace. Pues son cosas que hay que ir aprendiendo, de negociar con dos partes en conflicto algo bueno puede salir.

Abrazos recíprocos

Miquelet: La vida es rara y las pérdidas pueden llegar a convertirse en ganancia.

Salú pue.

Miss Trudy dijo...

Ingeniosísima la idea de adaptar el mito bíblico a realidades contemporáneas de la mujer.

Anónimo dijo...

¡Me encantó, muy ingenioso en verdad!

Luis

Anónimo dijo...

Claro que lo sé, maestro de las pajas. Caín se hizo jefe de una clica que opera en la colonia el limón. Hasta ahora su gallardía lo ha llevado a ser un mito viviente y sus hazañas son relatadas en los medios, atribuidas a varios de sus alias, el smailiy, el chucky, el diabólico, etc.
De Abel lo último que supimos es que siendo asesor del gobierno anterior fue asesinado. El señor expresidente es el principal sospechoso de haberle propinado un golpe con la mandíbula que le segó la vida. Aunque algunos sospechan que todo es una coartada y que actualmente Abel trabaja para la Cicig.

1313 dijo...

Papá de las pajas, yo creo que usted anda tratando de que le diga que sí vuelvo con usted al idilio cibernético amoroso rico que nos teníamos más de un año atrás jajajaja. ¿Se acuerda?, tenía que estarle recordando que usté muy desaparecido de mi chamba siempre jajaja. Pero con usté si que está difícil hacerse la difícil: ya me convenció con su respuesta ;). Volvimos pues jajajaj.

No, pero ya así en serio, ¿Sabe Negro?, me quedé pensando si no será la Lilith la Sandra de Colom... la describe igualita!!!!. Me quedé con la duda desde ayer y quise venir a preguntarle. Shute que es uno.

Lo de pedirle permiso, es reverencial Negro, puritito respeto y aprecio del más sincero.
Usted y yo nos entendemos Negro, por eso me llega echarme las platicadas con usté... en medio de todas sus pajas, bien que sabe.
Le dejo un apachurrón.

Anónimo dijo...

¿Qué hubiera sido de la Humanidad si Adán hubiera tenido un hermano gemelo empatizante con el carácter de Lilith? Habría dos serpientes tentadoras en la historia y esa cantidad sería difícil de enfrentar.
Besos.

Johan Bush Walls dijo...

Miss Trudy: Pues es interesante, porque se imagina uno cosas que pudieron haber sucedido, todo entra dentro del contexto pajero.

Anónimo Luis: Que bueno que le encantó, me alegra.

Anónimo: Púchica, le salió tremendo cuento pajero, ya mero que lo recluto para el taller y como contribuyente de los cuentos pajeros.

Prosódica: Ah, que tiempos aquellos, quizá vuelvan, puede ser. Yo no me desaparezco, siempre leo, lo que pasa es que a veces no se haya que comentar, ya vio que uno es muy limitado de palabras, y las que se dicen son puras pajas.

Pues dicen que la Sandra es de armas tomar, no lo otro, no sea mal pensada.

Pues son recíprocos los sentimientos maestra, gracias. Apachurrones pue.

Parsimonia: Ni me quiero imaginar eso, si con uno que hubo, aunque sea mito, mire todo lo que la gente cree que ocasionó; si hubieran sido gemelos todavía no se hubieran puesto de acuerdo en quién tuvo la culpa.

Salú pue.

Nancy dijo...

Maestro, se mandó. No pude despegar los ojos de la lectura hasta que llegué al punto final. Lo que más me gustó fue lo actual, ahora que están tan de moda esos embarazos que no son de gemelos y que a veces ni siquiera son del mismo papá.
Cien puntos

Verónica Calvo dijo...

Pues esta paja me ha gustado mucho!!! Lilith siempre libre y Eva aprendiendo a vivir en la recta final. Abrazo.

el Kontra dijo...

Mi querida maestrísima, me quitó las palabras, mis respetos a Evita Peroles.

Salú master!

Johan Bush Walls dijo...

Nancy: Muchas veces tus comentarios me dejan sin palabras, que bueno que te haya gustado.

Ananda: Me gusta la lectura que has hecho del texto. Gracias por comentar.

Kontra: Gracias Maestro, yo le traslado sus respetos a Evita.

Salú pue.