Se levanto con los dos pies, para empatar el día. Ya no quería levantase con el pie izquierdo, que tan mala suerte le había traído. Todo lo que había emprendido desde la parte siniestra del cuerpo se había torcido.
De niño soñaba con ser guitarrista de concierto, pero nació hábil de la mano izquierda (algo rarísimo si se considera que, en cinco generaciones, todos en su familia habían sido diestros, de hecho en el pueblo en donde nació y creció él era el único), por lo que conseguir una guitarra que le sirviera fue imposible. Para adquirirla tenía que pagar una suma estratosférica o cambiar el sentido de las cuerdas, algo así como querer cambiar su propio destino.
Para paliar su desencanto decidió jugar fútbol sala, de esa forma podía explotar su tendencia natural de izquierda, muy apetecida en tal deporte. Amagaba con la derecha y pateaba con la izquierda, llegó a anotar un centenar de goles en una sola temporada; le iba de maravilla, hasta que un defensa, grande, con prácticas violentas, enemigo de la táctica de amagar con la derecha y patear con la izquierda, lo sacó del deporte, estampándole los tarugos a la altura de la rodilla. La lesión de meniscos lo dejó cojo de su preciada pierna izquierda.
Con la experiencia ganada en el fútbol, o sea el arte del amague, y ante la imposibilidad de seguir practicando el deporte, se dedicó a la política, pero introdujo un cambio, ahora amagaba con la izquierda y pateaba con la derecha. Sin embargo, su habilidad se vio de nuevo truncada. Mientras la derecha lo calificaba de terrorista y comunista, la izquierda le dictó sentencia moral, previo juicio sumario; lo acusaron de haber traicionado su ideología, le dijeron que se había convertido en pequeño burgués con inclinaciones fascistas. Pagó su incursión en la política con varios años de exilio.
Viviendo en el exilio, largas horas de reflexión le dieron la respuesta. Se dio cuenta que debía tener claridad en las tendencias ideológicas. Leyó algunas definiciones de izquierda en la Wikipedia y en los diccionarios. Buscó acepciones en varios idiomas, incluyendo: vasco, celta y latín; le llamó la atención la coincidencia en palabras como: oscuro, taimado, femenino.
Por vocación izquierdista, quiso potenciar su lado femenino, asumiendo todo lo que bíblicamente implicaba, gratitud, sumisión, bla, bla, bla. Se consiguió una pareja que le propiciaba tremendas palizas, no soportó mucho tiempo. Optó por anular ese aspecto y se agarró a golpes con su pareja.
En medio de aquellas peleas tuvo una epifanía. Ante su fallida vida artística, deportiva, política y sexual, tomó posturas radícales, para estar en armonía con el universo. Renegó de su ambivalencia femenina-masculina; luego dijo: ni diestro, ni siniestro; ni de izquierdas, ni de derechas; de ahora en adelante sólo prácticas ascetas, abstinencia, ayuno, meditación, esa será la mejor vía, el destino así lo manifiesta, por eso debo levantarme con los dos pies al mismo tiempo.
Muy dentro de sí, sabe que dejó una posibilidad: levantarse con el pie derecho, quizá eso finalmente le cambie la suerte.
Fidel Malapata
lunes, 14 de septiembre de 2009
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16 comentarios:
Wikipedia jajajajaja Me está encantando esa serie!
Realmente bueno. Se me ha quedado corto.
Salud.
jajja te quedo muy padre... me encanto!.
hay mas?..
=0D
Francamente bueno; puede que me inspire algo....
Un abrazo,
Johan, el rey de los cuentos pajeros.
Además de probar levantarse con el pie derecho, también podría probar cambiar de lugar las cuerdas de la guitarra...
Excenete cuento
Tereza: Me alegra maestra, de seguro habrán más.
Miquelet: Miren quien ha regresado, que bueno verlo por acá maestro Miguelet.
Sonia: Gracias maestra, hay más, eso espero.
Tito: Ojalá que algo le inspire maestro, ahí lo comparte.
Nancy: Lo de las cuerdas lo dejó de lado muy pronto, porque era como cambiar su destino. Gracias por las bonitas palabras maestra citadina.
Salú pue.
Este centrismo es un poco el mal de nuestro país. Cuando los dos partidos principales tienen equilibrados sus valores no existe diferencia entre ellos y, al final, casi da igual votar a uno que a otro.
La opción de no probar a levantarse con el pie derecho sería una orden subconsciente de la intuición femenina proveniente de su pie izquierdo, je je.
Besos.
¿El no probar con el pie derecho, será el típico miedo a los cambios?
Saludos
Interesante, Johan, interesante este su post. Anda mero filosófico últimamente, buen giro.
Con los dos pies en la tierra, será entonces. Bien!!. No importa el lado que utilice o si utiliza ambos, siempre que sepa qué hay por perder y ganar en todas las elecciones.
Abrazo
Parsimonia: Los políticos, siempre tratando de hacer acuerdos entre ellos, para su propio beneficio, claro está. Algo le evita pensar en el pie derecho.
Silvia: Es posible, siempre hay miedo a algo.
Prosódica: Es cosa de no perder el equilibrio. Para nada filosófico, siempre pajero. Abrazo maestra.
Salú pue.
jjajajaj, muy bueno!Debió probar con los pies sobre la tierra, jajaja sería una buena opción. Brillante trabajo. Felicitaciones! Un abrazo.
No se por que pensé que iba a terminar cortándose la mano o algo así... Tal vez el cuento me recordó lo siniestros que somos los zurdos... Saludos!!
Alma: Quizá levantarse de mano, jeje. Gracias por el comentario.
Quimera: ¿Son siniestros los zurdos? Hizo cosas extremas el personaje del cuento, pero cortarse la mano, no lo sé, puede ser una posibilidad.
Salú pue.
Protesto. Soy zurdo y creo en el planteamiento de derecha. me levanto con el pie izquierdo cuando me levanto de mi lado de la cama y con el pie derecho cuando aquellito me provoca y después de la pelotera salgo por el otro lado.
En fin, hasta aquí llega la discriminancia de nosotros los derechos que usamos la zurda.
Para nada la piratería mi estimado, era un comentario inocente el del otro día.
Ssalud
Yo hago lo posible por levantarme con el pié derecho, el izquierdo me trae mala suerte. ¿Porque todo lo izquierdo es malo?
Último de Paz: Tiene todo el derecho de protestar, no importa que sea zurdo. No más discriminación, faltaba más.
Leizito: Pienso que no todo lo izquierdo es malo. Yo por eso no soy supersticioso, porque es de mala suerte.
Salú pue.
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