lunes, 21 de septiembre de 2009

Seguir o no seguir

Salió de su casa en Ciudad San Cristóbal a las 6 de la mañana y, como todos los días, buscó la Calzada Roosevelt. Ni siquiera logró llegar a la carretera Panamericana, el boulevard era un enorme estacionamiento, por la radio se enteró que habían matado a alguien al salir de la colonia Miraflores, buscando la Roosevelt.

¡Que mala suerte! Con razón no avanza la fila, pensó. Decidió dar vuelta en U y salir a la Aguilar Batres: otro atolladero, y ya eran las 7 menos cuarto.

La radio informó que dos motoristas, uno en cada moto, respetuosos de la ley, habían matado a alguien, a la altura del Trébol. Por eso el tráfico no avanzaba. Parecía que todo se confabulaba para que no pudiera llegar a la oficina. Viéndolo bien, quizá es mi día de suerte, será mejor que regrese a casa, tengo la excusa perfecta, se dijo.

Llamó a un compañero de trabajo que vive en Villanueva y siempre utiliza la Aguilar Batres. No seás lento mano, salite en la 13 calle y seguí la corriente hasta que te saque a los museos, por el boulevard Liberación llegás a la Hincapié y estás hecho, fue la respuesta que recibió.

En la primera oportunidad cruzó a la derecha y llegó a la 13 calle, estaba cargada pero fluía. Antes de cruzar en la Atanasio Tzul decidió llamar a su compañero para darle las gracias por el consejo, iba despacio pero estaba seguro que podría llegar a la oficina, todavía en tiempo.

Un motorista tocó la ventana del carro, con fuerza, pensó que llevaba una llanta pinchada, o algo por el estilo, y bajó el vidrio. El tipo gritó algo que no tuvo tiempo de entender. Ahora él es la causa del congestionamiento en la 13 calle.

Elders Tino

23 comentarios:

Esteban Dublín dijo...

¿Sabes por qué me encanta esto? Con un texto que escribes sobre un asesinato, me llevas por las calles de tu ciudad.

Bien lo dijo Tolstoi: "Habla de tu aldea y serás universal".

la-filistea dijo...

Wow!
Como dice Esteban Dublín, nos llevaste por las calles guatemaltecas. Todo tan real.

PROSÓDICA dijo...

El destino se lo hace uno mismo, Negro. Usted eligió llegar al trabajo, aunque sea tarde, en vez de faltar. Así de simple.

Un abrazote.

José Joaquín dijo...

Uno siempre espera que no le pase. ¿Lo confundieron? ¿Una amenaza de extorsión cumplida? ¿Andaba metido con la mujer de un cabezón? Quién sabe, pero ya no sufrirá más, ya no tendrá que ir a la oficina.

Erratas del post: una 'e' demás en Roosevelt y una 's' que debe ir en lugar de c en "Atanasio". No puedo aguantarme decirlo, yo sé que no le molesta. Saludos pues.

Johan Bush Walls dijo...

Esteban: Buen apunte maestro, que bueno que le haya encantado.

Filistea: Ojalá no fuera tan real maestra.

Prosódica: A veces tengo mis dudas. Me pongo a pensar en que motiva a tomar ciertas caminos, en determinados momentos, cosas diminutas, pero que cambian el rumbo.

José Joaquín: Maestro anecdótico. Tiene razón, quiza el tipo pasó a mejor vida.

¿Erratas? ¿cuáles? ¿en dónde? No las veo. Si las vi maestro, gracias por el aviso.

Salú pue.

Tereza dijo...

Ahora ya no tiene por que preocuparse! hey me encanta tu humor negro, esa acidez con la que narras la vida.
Saludos.

Anónimo dijo...

Moraleja: no pedir consejo del culebra de la oficina. No hay motoristas buenos.

Anónimo dijo...

uuuuuupppss!!!!!!!


tengo una risa tonta.

y lo cierto es que esas cosas pasan... claro no es el pan de cada dia, pero la suerte de cada uno pinta con unos enfasis bien extraños.


excelente, me ha encantado!

un beso

el Kontra dijo...

Me gusta jugar las cartas con Elders Tino, aunque aquel haga trampa.

Salú

Johan Bush Walls dijo...

Tereza: Debe ser por mi color que se me da eso del humor negro.

Book: Me gusta esa frase "No hay motorista bueno".

Sonia: Para nada, tiene usté una risa muy bonita. Es rara la suerte, y si que pasan cosas extrañas.

Kontra: En las cartas hay mucho de suerte, pero también mucho de cálculo. Ahí si que la vida es un albur.

Que bueno verlo de nuevo por la blogósfera maestro, se le extrañaba.

Salú pue.

Martín Gardella dijo...

Johan, muy bueno este relato! Nos llevas a recorrer las calles de tu ciudad, y (como buen guía) nos decís adonde no debemos ir si no queremos terminar nuestro paseo de manera intempestiva y mortal. Un abrazo

Pepe Barrascout Ortiz dijo...

Me impactó mucho esta historia. Lamentablemente es la realidad de muchas personas.

Saludos.

Nancy dijo...

Estremecedoramente real. Esto no tiene nada de pajas... -saluditos

PROSÓDICA dijo...

¿qué le puedo decir, Negro?. Esas ondas pasan... pero funcionan igual a la inversa, es decir, si una mala elección (por más pequeña que haya sido, o mal asesorada) le cambio el rumbo de la vida, otra pequeña decisión puede volverlo a encausar. Eso es de lo poco bueno que tiene la vida... bueno, eso y otra par de cosas por allí.

Cuídese mucho y un abrazo... por cierto que me quedé plantada con mi abrazo en el comentario anterior negro. Usté cada día anda más fuera de aquí que otra cosa. (sobre todo de esos sus amigos que tiene, lo asesoran re mal usté y eso, me extraña).

Johan Bush Walls dijo...

Martín: No es una ciudad laberíntica, pero si es una ciudad en donde los carros no caminan, y cuando hay algún acto de violencia (que pasa seguido), la cosa se pone caótica.

Pepe: Si maestro, pasa muy seguido en esta city, hay que hacerle gancho. Gracias por la visita.

Nancy: Ahora te dicen la gritona (por el dibujito digo). Se parece un poquito a la realidad, pero es paja maestra, si sucedió fue a otra persona.

Prosódica: Cómo pude pasar eso por alto maestra, ahora le doy doble abrazo y con ganancia, o sea triple, llega.

También me gusta creer que la vida da compensaciones. Aunque me pongo a pensar en aquello que dice: "No hay mal que por bien no venga", porque hay veces que la compensación tarda en llegar.

Le voy a decir como dice el Gabo, mis amigos son quienes me leen, jeje. No se me preocupe, nunca me dejo mal asesorar, ni tengo asesores, con eso se lo digo todo.

Otro abrazo.

Salú pue.

Elo dijo...

Dificilmente huir del destino... Muy buen relato, hiciste que transportara mi mente un rato...

Anónimo dijo...

Ey maese, del pajerismo se me está yendo al fatalismo, y diay?

Silvia dijo...

¿Si Elders Tino decide regresar a su casa, el atolladero sería para entrar a San Cristobal?

Saludos!

Verónica Calvo dijo...

Uno siempre decide... y más vale hacer caso a la primera intuición, aunque, nadie escapa de su destino (?). Un saludo.

Johan Bush Walls dijo...

Quimera: Yo no sé si es cosa del destino, pero da para pensar.

Anónimo: No se achiguate maestro, todo es paja, pero mire que casualidad, en mi blog personal estoy hablando de fatalidades.

Silvia: Quizá, de repente le sucedió, lo que le sucedió, en el área en donde menos congestionamiento causaría.

Ananda: Eso, creo que la intuición ayuda mucho.

Salú pue.

miquelet dijo...

Moraleja: falta al trabajo al primer problema que te salga.

¿Hay algo más seguro que la propia casa?

Salud.

Marina Belloqui dijo...

Me gustó mucho leerte. Te invito a que visites mi blog:cuentosyquimeras.blogpost.com

Johan Bush Walls dijo...

Miquelet: Fíjese que no está mala la idea. Yo conozco gente que así lo hace, y siempre le pagan completo el mes.

Marina: Gracias por pasar, seguro que te voy a visitar.

Salú pue.