martes, 29 de septiembre de 2009

Salmos pajeros V

XIV
Decía el salmista

De Jehová es la tierra y su plenitud

Decía Neruda

y Jehová repartió el mundo a

Coca-Cola Inc., Anaconda,

Ford Motors, y otras entidades...


Las cosas no duran para siempre

Hoy día los dueños del petróleo

incluido Hugo Chávez

han alzado sus puertas

cerrándolas con llave

ni Yahvé, fuerte y valiente, poderoso en batalla

puede con ellos.

¿Es ese, acaso, el rey de gloria?

¿Jehová de los ejercitos?

quizá deba surtir su arsenal


XV
A ti levantaré mi alma

veintiún gramos dicen que pesa

bueno y recto eres (tú que guías la mano del proctólogo)

que nadie haga memoria de los pecados de mi juventud

herédame la tierra (aunque sea una maceta)

te doy la oportunidad

en mis horas de flaqueza a ti clamo

delirando estoy

la culpa la tiene ella

no hay casaca que mate al dinero

no lo hagas por mí

mírala

tiene cuerpo de pecado y cara angelical

que su descendencia herede la tierra

En ti confío

no me avergüences


XVI
Mi único pecado ha sido quererla

Lo sé

suena a canción

He compartido con todos

pero no me he contaminado

me lavo las manos y uso mascarilla (no siempre, pero trato)

Contaré tus maravillas (soy capaz de mentir)

la habitación de tu casa he amado

ahora quiero amarla (a ella) en su habitación

Ten misecordia

he tenido rectitud (erección es la palabra, pero no quiero ser escatológico)

Júzgame

condéname a quererla (dale con el tonito de canción)

Jonás Ungido

lunes, 21 de septiembre de 2009

Seguir o no seguir

Salió de su casa en Ciudad San Cristóbal a las 6 de la mañana y, como todos los días, buscó la Calzada Roosevelt. Ni siquiera logró llegar a la carretera Panamericana, el boulevard era un enorme estacionamiento, por la radio se enteró que habían matado a alguien al salir de la colonia Miraflores, buscando la Roosevelt.

¡Que mala suerte! Con razón no avanza la fila, pensó. Decidió dar vuelta en U y salir a la Aguilar Batres: otro atolladero, y ya eran las 7 menos cuarto.

La radio informó que dos motoristas, uno en cada moto, respetuosos de la ley, habían matado a alguien, a la altura del Trébol. Por eso el tráfico no avanzaba. Parecía que todo se confabulaba para que no pudiera llegar a la oficina. Viéndolo bien, quizá es mi día de suerte, será mejor que regrese a casa, tengo la excusa perfecta, se dijo.

Llamó a un compañero de trabajo que vive en Villanueva y siempre utiliza la Aguilar Batres. No seás lento mano, salite en la 13 calle y seguí la corriente hasta que te saque a los museos, por el boulevard Liberación llegás a la Hincapié y estás hecho, fue la respuesta que recibió.

En la primera oportunidad cruzó a la derecha y llegó a la 13 calle, estaba cargada pero fluía. Antes de cruzar en la Atanasio Tzul decidió llamar a su compañero para darle las gracias por el consejo, iba despacio pero estaba seguro que podría llegar a la oficina, todavía en tiempo.

Un motorista tocó la ventana del carro, con fuerza, pensó que llevaba una llanta pinchada, o algo por el estilo, y bajó el vidrio. El tipo gritó algo que no tuvo tiempo de entender. Ahora él es la causa del congestionamiento en la 13 calle.

Elders Tino

lunes, 14 de septiembre de 2009

Zurdo

Se levanto con los dos pies, para empatar el día. Ya no quería levantase con el pie izquierdo, que tan mala suerte le había traído. Todo lo que había emprendido desde la parte siniestra del cuerpo se había torcido.

De niño soñaba con ser guitarrista de concierto, pero nació hábil de la mano izquierda (algo rarísimo si se considera que, en cinco generaciones, todos en su familia habían sido diestros, de hecho en el pueblo en donde nació y creció él era el único), por lo que conseguir una guitarra que le sirviera fue imposible. Para adquirirla tenía que pagar una suma estratosférica o cambiar el sentido de las cuerdas, algo así como querer cambiar su propio destino.

Para paliar su desencanto decidió jugar fútbol sala, de esa forma podía explotar su tendencia natural de izquierda, muy apetecida en tal deporte. Amagaba con la derecha y pateaba con la izquierda, llegó a anotar un centenar de goles en una sola temporada; le iba de maravilla, hasta que un defensa, grande, con prácticas violentas, enemigo de la táctica de amagar con la derecha y patear con la izquierda, lo sacó del deporte, estampándole los tarugos a la altura de la rodilla. La lesión de meniscos lo dejó cojo de su preciada pierna izquierda.

Con la experiencia ganada en el fútbol, o sea el arte del amague, y ante la imposibilidad de seguir practicando el deporte, se dedicó a la política, pero introdujo un cambio, ahora amagaba con la izquierda y pateaba con la derecha. Sin embargo, su habilidad se vio de nuevo truncada. Mientras la derecha lo calificaba de terrorista y comunista, la izquierda le dictó sentencia moral, previo juicio sumario; lo acusaron de haber traicionado su ideología, le dijeron que se había convertido en pequeño burgués con inclinaciones fascistas. Pagó su incursión en la política con varios años de exilio.

Viviendo en el exilio, largas horas de reflexión le dieron la respuesta. Se dio cuenta que debía tener claridad en las tendencias ideológicas. Leyó algunas definiciones de izquierda en la Wikipedia y en los diccionarios. Buscó acepciones en varios idiomas, incluyendo: vasco, celta y latín; le llamó la atención la coincidencia en palabras como: oscuro, taimado, femenino.

Por vocación izquierdista, quiso potenciar su lado femenino, asumiendo todo lo que bíblicamente implicaba, gratitud, sumisión, bla, bla, bla. Se consiguió una pareja que le propiciaba tremendas palizas, no soportó mucho tiempo. Optó por anular ese aspecto y se agarró a golpes con su pareja.

En medio de aquellas peleas tuvo una epifanía. Ante su fallida vida artística, deportiva, política y sexual, tomó posturas radícales, para estar en armonía con el universo. Renegó de su ambivalencia femenina-masculina; luego dijo: ni diestro, ni siniestro; ni de izquierdas, ni de derechas; de ahora en adelante sólo prácticas ascetas, abstinencia, ayuno, meditación, esa será la mejor vía, el destino así lo manifiesta, por eso debo levantarme con los dos pies al mismo tiempo.

Muy dentro de sí, sabe que dejó una posibilidad: levantarse con el pie derecho, quizá eso finalmente le cambie la suerte.

Fidel Malapata

martes, 8 de septiembre de 2009

Perseguido

Nadie sabe si la mala suerte la tuvo ella o él. Algunos opinan que uno de los dos tenía buena suerte, otros están convencidos que era él quien estaba salado. Quizá la distribución de la sal haya sido fifty, fifty.

Que ambos murieran, en distintos momentos, no tuvo importancia; aunque muchos dicen que la mala suerte les siguió hasta la tumba. Al no encontrar lugar disponible tuvieron que enterrarlo justo a la par de ella.

Trató de escapar, se convirtió en zombie, pero apareció Michael Jackson y le robó el mérito, por lo que pasó desapercibido en el mundo de los muertos, como le sucediera en vida.

Encontró la forma de acceder a la reencarnación, pidió ser animal, le tocó ser pato y de nuevo tuvo mala pata. Y así...

Percy Guido

jueves, 3 de septiembre de 2009

Nadie se muere en la víspera

Toda su vida tuvo mala suerte. Desde que era pequeño hizo conciencia de ello. Por eso nunca consideró como algo malo que un chucho lo orinara o que un gato negro pasara frente a él.

Fue un tipo solitario, nadie quería ser su amigo; ya se sabe, la mala suerte es contagiosa. No hay mal que dure cien años, repetía, sin ninguna convicción.

Ganarse la lotería, después de haber sido rogado durante horas para que comprara el número; las propiedades que sus padres le heredaron, después de haber vivido casi cien años; la mujer preciosa que se enamoró de él, con quien de inmediato dispuso casarse; hicieron que llegara a pensar que su suerte había cambiado.

Hoy, la novia, todavía vestida de blanco, cambia su llanto por una sonrisa imperceptible. El sacerdote la consuela, ya nada se puede hacer. De no haberse atragantado con la ostia, el vino hubiera hecho el trabajo.

Mr. Gafe