miércoles, 30 de enero de 2008

Aforismos pajeros

  • Si las palabras vuelan, yo me subo a la terraza para cazarlas. He aquí todo el drama de mi vida de escritor.

  • Para publicar y vender un libro malo se necesita: gran inspiración, tenerse fe, un editor que nos de paja y críticos que sean nuestros amigos.

  • Cuando se escribe con facilidad, es fácil fracasar como escritor.

  • Cuando se tiene hambre, se escriben pajas.

Johan Bush Walls

lunes, 28 de enero de 2008

¿De maldito poeta a poeta maldito?

Yo era un maldito poeta, así decía Jeremías, el papá de la novia que embaracé y dejé en el pueblo, cuando decidí venirme a la capi a probar suerte.

Y es que cuando él preguntó: “¿De qué vivirán?” No respondí bíblicamente "el señor proveerá" (por supuesto que de haberlo hecho me habría referido a él, señor padre de Estela), sino que me atreví a decir: le daré mi vida, mi sangre y, de ser necesario, mi arte nos alimentará. El tipo me echó a la calle, sin preguntar más, todavía lo puedo oír diciendo: "Que arte ni que ocho cuartos, mierda vas a comer con ese maldito poeta".
Lo último se me quedó grabado. Yo era como Rimbaud, como Verlaine (lo había leído en la clase de la seño Rosa Iris, alta, graciosa y llena de poemas eróticos), llegué a la conclusión que don Jeremías era un verdadero profeta, yo sería un maldito poeta.

Ángel se rió en mi cara cuando se lo conté, "Estás chalado, esos majes no eran malditos poetas sino poetas malditos". Como aún no entendía la diferencia, el cuate se ofreció a hacerme los trocitos, pues a pesar de que le decíamos "el trucky" y bailaba como Michael Jackson, el cuate había leído bastante poesía y me abrió los ojos.

Entonces decidí que sería un poeta maldito. Mientras leía sus biografías llamó mi atención la palabra sodomía, la subrayé varias veces, en realidad no la entendía. El Ángel me dijo: "nel mano, yo paso, ni creás que te ayudo con eso" y me explicó de que se trataba (ni modo, me acobardé).

Total, encontré que un poeta maldito se mete en el cuerpo cuanta cosa encuentre y luego de esos viajes obtiene la materia prima para escribir. En el pueblo, el Ángel sólo encontró los montes que usa su mamá para curar el dolor de estómago. Luego de fumar manzanilla, durante unas dos horas, ningún verso se me ocurrió. Luego probé con el guaro, pero lo mismo, la cusha de por aquí da unas gomas bárbaras y lo más que logré fue escribir un corrido, la verdad es que el Ángel me dijo que eso de: "Con la goma me sales debiendo" era bastante viejo y que, además, era la canción que tocaron toda la noche en la rockola de la cantina.

La cosa es que me vine a la capi, me inscribí en un taller de poesía, a donde sólo llegan viejitos y amas de casa, seguro que así me convertiría en poeta maldito, pero no muy funcionó.

Con la idea de juntar unos lenes, para regresarme con la Estela, los pocos versos que pude escribir los imprimí en papel fino e intenté venderlos en la calle. Un tipo me dijo: "No le hagás competencia a la señora", así me vine a enterar que el viejito que se para en la esquina, para hacer lo mismo, no era viejito sino viejita.

Otro tipo me dijo que fuera a cuatro grados, le hice caso, pero descubrí que, la verdad, allí sólo hay un chingo de drogos y uno que otro maldito poeta como yo, se nos nota en el cantadito y las hojitas de papel de colores que andamos cargando.

Lo único bueno fue que por ahí encontré a la seño Rosa Iris, estaba sentada en una banca, tomándose un su café y fumándose un cigarro, a la semana ya estaba viviendo en su casa, ella recibía a todos los "intelectuales" de guate, yo leía un par de versos y todos estaban tan contentos que se reían y se reían por horas. Rosa (así le decía, ya después, en confianza) me consiguió pisto para publicar un mi librito, en la pasta tenía un hombre desnudo con la cosa parada (vieran que cosa) y decía que yo era el nuevo Rimbaud (sólo que nada de la sodomía) y me llovían las doñitas cuarentonas que me regalaban cosas... hasta que vino el Ángel. Ese cerote traía su cuaderno lleno de poemas, una pose de "hombre de mundo", además bailaba pegado. No podía negarle que se quedara en mi casa (de la Rosa Iris pues) de plano que no.

Para no hacérselas cansada, una noche que llegué tarde me los encontré cogiendo en la sala, no de a dos, de a tres. La Rosa Iris todavía me invitó a unirme, mi huevo dije, yo no le hago a eso, así que me regresé para el pueblo y los dejé. Al final, el maldito poeta (o tal vez poeta maldito) fue el Ángel, así dice la portada del libro que le editaron.

Arturo Ramboc

viernes, 25 de enero de 2008

Animalero Urbano II –Poemario pajero–

Banco

9am
las puertas se abren
sonrisa en los labios
apagar el teléfono
hacer la cola
depósitos
cheques sin fondo
compra de divisas
el policía inexperto
ladrones afuera
ladrones adentro
el cómplice detrás del mostrador
sacar dinero
ahorrar
la fila se alarga
las puertas se cierran
el dinero se queda adentro
el cliente se queda en la calle

Emetra

Calles cerradas
conos naranja
luces en rojo
vehículos a vuelta de rueda
el policía en la esquina
el pito en la boca
el insulto en los labios
la multa en la mano
el cepo en la llanta
el semáforo en verde
la mano haciendo stop
tu muni ¿responde?

Camioneta

Recuerdo los cinco centavos
la siesta en el trayecto
hacerse la brocha era colarse
los tiempos cambian
la fila de en medio se volvió oficial
nadie se ríe del payaso
el asalto es parte del viaje
el brocha empuja
aquí no hay parada
rapidito
el chofer cobra a su antojo
la ruta no siempre es la misma
el pasajero pide disculpas

Beto Cabal

miércoles, 23 de enero de 2008

El blog de Neil -1- Post pajero invitado

Quisiera comenzar el año haciendo una valoración de lo mejor que está por venir. Aunque antes me gustaría contarles que Soponcios, mi último libro, cerró muy bien el 2007. Como ustedes ya saben, ha sido publicado simultáneamente en cinco países (incluidos Belice y las Islas de la Bahía), y ha empezado a traducirse al inglés y francés. Próximas están las negociaciones que permitirán verter el libro al alemán y al portugués. Aunque mi mayor sueño sería verlo en quiché. Bueno, eso dependerá de algunos lenes que me preste mi mamá. Como verán, a Soponcios le ha ido bien, y no es para menos, porque en este libro finalmente logro desligarme de la idea de la poesía como tal, ¿me siguen? O sea, ya no es poesía pero sí es. Cosas de nosotros los posmodernos, ustedes comprenderán.

Tal vez Sabihondo Pilaz (2008) pueda explicarles mejor lo que les quiero decir. Huelga comentar que Pilaz es el crítico más importante, menor de veinticinco años y zurdo, de América Latina. Ha descubierto a los grandes públicos autores fundamentales, como yo o Beto Cabal, y eso simplemente define su grandeza. Cito:

"Gracias a su discurso perdido, al ritmo asincopado y unas imágenes onomatopéyicas profundas, Adán Neil se ha constituido, en los albores del primer milenio, en una de las voces fundamentales de la posmodernidad guatemalteca." (p. 170).

Bueno, ya saben, pueden encontrar Soponcios en diversas ediciones. Así que compren la que mejor se acomode a sus bolsillos, o bien, la que mejor combine con sus demás libros.

Pero pasando al sentido original de este post, y para que no se alargue demasiado, paso, como les decía, a una especie de top five de lo mejor por venir.

1. Un extenso libro-ensayo de Sabihondo Pilaz acerca de Soponcios. Pilaz ha hecho hallazgos en mi texto que hasta a mí me han dejado estupefacto, y en este texto los profundiza y lleva a cimas insospechadas. Por ejemplo, Baudelaire escribió poemas como yo, imagínense. Además, ha comparado mi biografía con la de Rimbaud, Artaud y, he aquí su genialidad, su genio intertextual, con uno de los heterónimos de Pessoa y hasta con Tiger, el de Winnie the Pooh, por aquello de su caracterización arquetípica de ciertas emociones muy particulares. Además, Pilaz (2008) encuentra un no sé qué que nos hermana, dice en la página 338, a Oscar Wilde y a mí.

2. Una antología de lo mejor de la última poesía guatemalteca contemporánea. Ya saben, solo poetas de buen rollo, pues. A mí me han hecho el honor de incluirme.

3. Un documental sobre los nuevos escritores canónicos guatemaltecos. Es decir, Beto Cabal, Johan Bush Walls y yo.

4. Mi nuevo libro de poesía. Pienso que se podría llamar Vahídos, aunque no estoy seguro todavía, tal vez esa decisión la deje para cuando empiece a escribirlo.

5. La publicación de ese libro en Paraguay. Ya empecé a hacer contactos con un grupo de cuates en Asunción para que cuando esté Vahídos o como se llame, pues le entren a la publicación.

Bueno, mis queridos fans. Será hasta el próximo post, en que les quiero hablar del onanismo de Narciso. Aunque quién sabe. La vida no puede ser tan planificada, ¿no creen?

Adán Neil

Bibliografía
Pilaz, Sabihondo (2008) Los autores posmodernos guatemaltecos: el punto final en la poesía. Guatemala: Editorial Malasangre.

lunes, 21 de enero de 2008

Comentario pajero sobre los poemas de Beto Cabal

La poesía de Beto Cabal se rastrea en la historia hasta el nacimiento de la poesía misma, en la lectura de los textos de este gran poeta del tercer milenio se puede escuchar el eco del nacimiento de la poesía escrita.

En iPod, Cabal penetra en el corazón de la música y nos habla del "mp3 en todos los géneros", no podemos dejar de evocar al gran Homero que coloca estas bellas palabras en boca de Escila y Caribdis : "Vamos, famoso Odiseo, gran honra de los aqueos, ven aquí y haz detener tu nave para que puedas oír nuestra voz". Es la voz de las sirenas que son capaces de cantar en cualquier género musical para atraer a los navegantes: todos y cada uno de los géneros están incluidos en el bello canto sirenio, lo cual Cabal nos refiere cabalmente.

Circe previene a Odiseo al decirle: "Quien acerca su nave sin saberlo y escucha la voz de las Sirenas ya nunca se verá rodeado de su esposa y tiernos hijos". De la misma manera, en Celular Cabal nos previene de los peligros de ese pequeño amo de nuestra vida actual y de la tragedia de quedarse sin saldo.

En el poema Urbanidad, la polifonía del texto nos evoca la Roma Antigua, con todos los sonidos y la sabiduría que nos transmite Virgilio en Las Górgicas. El texto virgiliano es un compendio de sabiduría y belleza; de la misma manera, Cabal expresa toda la cultura posmoderna clásica, así como los sonidos polifónicos y tranquilos de nuestra limpia y cosmopolita ciudad.

Los poemas de Beto Cabal son un fiel reflejo de la tradición latina clásica en las letras, Homero y Virgilio lo confirman pues están presentes en ellos.

Sabihondo Pilaz

viernes, 18 de enero de 2008

Animalero Urbano –Poemario pajero–

IPod

Imágenes
colores
mp3 en todos los géneros
pulso el botón
el touch screen
bajo canciones de la web
a veces videos
las horas se suman
mi IPod descansa por las noches

Celular

Polifonía en pequeñas porciones
canciones populares
pequeñas sinfonías
de un mundo nuevo
mensajes de texto
la vida en una foto
la vida en una llamada
triple saldo
días de oferta
los sueños realizados
todos llaman
el chiclero
el presidente
mi saldo expira

Urbanidad

Prrrrrrrrrr
riiiiiiinnnng
iiiiiiihhhhh
(sonatas de Bach)
(canciones norteñas)
(backtunes)
tiruriruri tiruriruri
(córrase para atrás)
(!alaputa¡)
crash
ploch
pow
rrrrruuuuuunnnn
(dale, daleeeee)
(dedos medios extendidos)
chit chit
click click
push
on
off

Beto Cabal

miércoles, 16 de enero de 2008

Promesas de fin de año

- Empecé el año un poco mareado -
- ¿Ah sí, Meme?, no me diga que se emborrachó, si usted nunca toma -
- No, la verdad, no fue una borrachera de alcohol, fueron las promesas que me hice al principio de año -
- ¿Cómo lo pueden marear las promesas de principio de año? -
- Es que creo que me sobrepase al proponérmelas. -
- Ajá, ¿cuáles fueron sus promesas? -
- Pues, vea, empecé por decir que, bueno, voy ahorrar una parte de mis ingresos, cambiaré de trabajo, le haré un cuarto nuevo a la casa, me iré de vacaciones en Semana Santa, a un centro turístico en Río Dulce, con mis suegros, cambiaré a un mejor colegio a mis hijos, escribiré un libro, sembraré un árbol, entre otras cosas. -
- Pero Meme esas son promesas que, bueno, creo que todo el mundo se las hace, no hay porque enfermarse. -
- Es que tengo mis contradicciones usted, sobre todo en la promesa de cambiar de trabajo. -
- No me joda, de verdad piensa dejar este chance. -
- Bueno ese fue el motivo del mareo, ¿cómo puedo cumplir las otras promesas si no me cambio de chance?. -
- ¿Tan mal lo tratan acá usted?. -
- No, no es solo eso, es que, usted sabe, la monotonía de hacer siempre lo mismo y que luego eso no alcanza y que cuando cumpla esas promesas ya voy a tener una listota igual o más larga, igual que la que le pidieron los patojos a Santa Clos y el pisto para pagar la dieta y el gimnasio de la mujer, que para ir a río dulce quiere tener un cuerpo nuevo, hasta se le ocurrió hablar de liposucción -
- Bueno Meme, claro que es difícil, pero, yo digo, esta pisado ahora, ya no tan fácilmente lo aceptan a uno en otro lado, digo, por la edad, pues si uno estuviera patojo sería más fácil; además la situación se está poniendo peligrosa, la policía está chingando mucho, con eso del cambio de gobierno, solo pajas son; pero en fin, no se haga bolas y cumpla las otras promesas o las que se le hagan más fáciles. -
- Quizá tiene razón, creo que me estoy ahogando en un vaso de agua, porque somos viejos, pero efectivos, en eso nadie nos gana. Hágame el favor de pasarme la prensa. -
- ¿Ya vio el titular? -
- No, no lo he visto. -
Familia masacrada en su residencia.
- ¡Puta! usted ¿y esto?. -
- Pues ya vio, hasta en primera plana aparecemos.
- A propósito, no dejo cascabillos verdad
- No, como va creer, con la experiencia acumulada, sólo esos patojos mulas que andan en moto viven dejando evidencia.

Meme Sicarius

lunes, 14 de enero de 2008

De última Hora (Hugo Chávez, bienvenido a Guatemala)

Hoy, a las 2 am, un grupo de pobres de los que habla la canción de Serrat que dice: "estos son los pobres de los que le hable, le dejo con los caballeros, entiéndase usted." Uno de estos grupos invadió, frente a mi casa, un cerro que le llamamos El cerro Gordo. Como a las 8 am enarbolaron la bandera de Venezuela y declararon el cerro como territorio o colonia Bolivariana. A las 9 am el Embajador de Venezuela, acompañado de otros invitados, acudió al lugar. A las 9:30 am el líder en resistencia trataba de convencerlo de que comprara los lotes, pero le dijo que mejor hablara con su jefe, minutos después hablaba por celular con Chávez y le decía: "gracias presidente, gracias presidente, hoy usted es nuestro presidente, queremos aprovechar que hoy es el cambio de gobierno en Guatemala para declararnos Colonia Asentamiento Residencial Bolivariana".
El presidente Chávez le preguntó: ¿hay petróleo en ese territorio? Respuesta: No, pero hay una gasolinera como a quinientos metros. ¿Tienen reservas de gas? Respuesta: No, pero enfrente queda el depósito de Tomza y Gas Metropolitano. ¿Hay piedras preciosas en ese territorio? Respuesta: No, pero hay mucha piedra caliza suelta que puede provocar un derrumbe en cualquier momento. ¿Y Mujeres que puedan competir para Miss Universo? Respuesta: No, pero todas son rechambiadoras.
A las 11 am los bolivarianos estaban recibiendo una carta que decía: Os declaro territorio libre, soberano e independiente, vuestros habitantes pueden decidir su futuro. A las 12 am los habitantes, muy contentos, quemaron cohetillos, para celebrar su independencia del mundo.
Sólo necesitan luz, agua, teléfono y drenajes, pero de inmediato recibieron el ofrecimiento de Guatemala, un país amigo, de que la ayuda llegaría en los próximos días.
En estos momentos las autoridades, del nuevo territorio liberado, están esperando sus credenciales e invitación del Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala para acudir como invitados a la toma de posesión del Presidente. Para ellos es un asunto diplomático.
Mis vecinos quieren construir un muro perimetral de la vergüenza y una garita de seguridad fronteriza.
Hasta aquí mi reporte especial desde el lugar de los hechos.

Nel Petapa, nieto de Simón Bolivar

viernes, 11 de enero de 2008

En el mismo sillón

Esa tarde Iba caminando por el Paseo del Prado hacia el Capitolio. Iba pensando en Rei ¿Qué tiene este papito-mamita que me trae perdida? Un imán en alguna parte de su cuerpo… no, Rei es un tipo feo. Tiene algo extraño que me atrae, eso que atrae a... a esos tipos… ¡Coño! No es fácil… ¿por qué me gustas tu, Reisito?
Un grupo de pioneros me saca del soliloquio. Bailan con música que sale de algún lugar. Estos chiquitos me distraen y disfruto verlos. Se me ocurren unos versos, algo así como, a ritmo de pioneros me distraes Prado de la obsesión… ¡jajaja! ¿qué hago yo pensando versos? Es por ti Rei. Tu proximidad me ha hecho acercarme a la poesía. Tomo el sendero de la calle Obispo y llego a la Moderna poesía. Veo hacia adentro y se me antoja sacar el carbón para escribir algo en estas paredes… algo, pero ¿qué? El instinto hace que se muevan mis manos, las que toma Rei, pegándose a mí por atrás y diciéndome suavecito, hola mamita. Me dejo envolver y me pregunta para donde voy. A donde Mirella, quiero hacerme las uñas.
Seguimos por Obispo y nos vamos correteando y gritando. Hoy no vienes tan borracho. No mamita, hoy me tomé la tarde libre. Reímos a carcajadas y la gente nos mira. Me miran a mí, pero más a Rei… ¿en que tú estás pensando, por qué tú traes los labios rojos? Cansancio, mamita, hartazgo… vamos a donde Mirella, también quiero hacerme las uñas. ¡Qué loco, Rei! Si, Elenita… ¿por qué no? ¿Cuándo vas tú a empezar la escultura de las amantes? ¡Qué se yo! Esa escultura es como un lejano sueño ¿Quiénes serán tus modelos? ¿Mirella? Es muy difícil convencer a cualquiera… no sé aun, es difícil…
Vuelvo a sentir la sensación de ricura, nosotros jugando a media calle, la gente moviendo la cabeza nos censuraba… Mirella dice que no es guapo. Parece sospechar que me gusta. ¿Qué? Pues eso, su diferencia, su maldita diferencia, imagínate tú, hacerse el pelo y las uñas… ese arriesgarse y exponerse ante la gente así… también soy diferente… pero valiente solo uno: Rei.
Llegamos a la Plaza de la Catedral y nos sentamos a contar personas. Rei contaba hombres, señalando los que le gustaban con un beso; yo contaba mujeres y le describía las cosas ricas que haría con ellas… Ancianos no contaban. Santeros, tampoco. Nos quedamos pensativos…
Por ahí apareció un mulatito lindo, joven y coqueto… Rei lo vio, lo examinó y gritó ¡tremenda guacha! El muchachito se asustó y caminó más rápido. Nos reímos a carcajadas y luego volvimos a quedar en silencio.
Empieza a correr algo de viento y vamos a buscar la guagua para ir a casa de Mirella. Preguntamos ¿último?. No hay nadie, otra vez carcajadas. Llega la guagua llena. Nos subimos y unos tipos señalan a Rei. Él se mueve entre la gente y al llegar atrás se ha quitado el pintalabios. Al llegar a Playa bajamos y buscamos el paseo. La 5ª avenida está desierta. El paseo está lindo, el viento es fresco. Rei está desquiciado, como siempre y camina rápido, halando mi mano. A una cuadra de la casa de Mirella, le digo detente, papito. ¿Qué pasa, Elenita? Me gustas Rei… ¿qué? No puedo, cosita… lo beso. Rei no hace nada. Le tomo el rostro y lo beso de nuevo… toma mi cintura, después me aprieta y… abro los ojos, Mirella está en la puerta de su casa. Nos ve y luego entra corriendo…
Rei me tomó de la mano para cruzar la calle. Entramos a casa de Mirella, quien nos ofrece café. No quiero, Rei tampoco. Dijo que estaba cansado y se fue a la sala a ver la televisión. Le oímos discutir a solas diciendo que así como iban las cosas nunca vería la TV a colores. Que lo mejor es intentarlo de nuevo, saltar el mar, llegar a tierra firme…
Mirella me ve con una ternura. Ella es un alma y yo la admiro. Vamos a la antesala y empieza a hacerme las uñas ¿por qué quieres que te haga las uñas, si tu eres una artista? No te durarán… Mireydis, linda… ¿no te parece que yo podría cambiar un día, dejar la escuela de artes y hacer otra cosa, como tener un marido? Un maridito a quien cuidar… Elena, ¿Cuántas cosas has dejado para cambiar, para hacer algo diferente? Chica, lo único que a ti te falta es estudiar !ingeniería mecánica! De vez en cuando volteo a la sala y Rei sigue ahí, sentado, discutiendo con el televisor.
Mirella me hizo las uñas esa tarde con el amor más grande que yo he visto. Tierna y firme. Me propuso después un peinado sencillo, para que fuera yo toda una mujercita. Pero esos pantalones no quedan bien, busquemos ropa… me trajo una serie de blusitas ligeras, un pañuelo y un shorsito… esos botines, creo que tampoco… ponte mis chancletas. Luego fuimos con Rei y él me vio con unos ojos…
En este mismo sillón, donde veías la tele en blanco y negro, estoy ahora viéndote, Rei… o más bien, viendo a Javier Bardem. Está guapo, pero le falta eso que solo tú tenías. La película se llama Antes que anochezca, igual que tu libro. Y la veo en colores, como tú soñabas. Mirella y yo estrenamos hoy un aparato para VHS y DVD. Nos llegó tarde la tecnología. Igual que la tolerancia. Para la gente somos dos primas solteronas que se hacen compañía; para ti, la escultura viva de Las amantes.

Elena Habanera

miércoles, 9 de enero de 2008

Fausta

Siempre que se miraba al espejo la abuelita se acercaba por detrás y le decía "no seas cuzca patoja, se te puede aparecer el diablo".
Entonces ella se secaba el pelo, con una toalla floreada, y maldecía la ventana que únicamente le enseñaba un patiecito lleno de polvo y las flores mal cuidadas del vecino, ellos ya no tenían patio, lo habían convertido en un cuarto para su hermano pequeño.
La amenaza se cumplió cuando llegó a los 20. El diablo que se le apareció traía un portafolios negro, de cuero de cocodrilo y era realmente feo. Mientras se miraba en el espejo de un elevador, lo pudo ver, atrás de ella, espiándole las nalgas y midiéndola con la mirada. Le repugnó el pelo envaselinado, la cara de chivo, la barbita tiesa y el bigote sucio, del que prendía un trocito de huevo, de seguro un recuerdo del desayuno; pero lo más desagradable era el traje de seda brillante y los zapatos puntudos, de charol, que llevaba puestos.
"Estás rebuena" le dijo. Ella se avergonzó un montón, pero no dijo nada, terminó de peinarse y al momento de bajar, del elevador, un brazo la detuvo, al voltear alcanzó a ver la muñeca decorada por un Rolex de oro y la sonrisa, con dientes falsos, que le ofrecía una tarjeta de presentación; la recibió y se perdió en el edificio, alucinada.
No pasó mucho tiempo antes de que lo llamara, necesitaba trabajo, dinero y salir de ese lugar espantoso. Se vieron en un lugar discreto, inmediatamente él ofreció cambiarle la vida, luego preguntó, aunque ya sabía la respuesta: "¿qué me das a cambio?" Ella respondió: “lo que pida”, pero quiero ser alguien importante “¿qué le parece ser diputada?”. "Lo podemos arreglar" dijo y procedió a realizar el cobro.
Quince años más tarde el demonio está muerto (o parece), ella tiene una curul y otras cosas, la juventud ha comenzado a irse, en el elevador encuentra a un jovencito que se mira al espejo, se sonríe y observa como le queda el saco. Le detiene el paso al salir y le pone una tarjeta en la mano, "estás muy bueno, llámame".

Rox Ana Bella

lunes, 7 de enero de 2008

Premio

Disculpe le puedo ofrecer un premio, era la frase de un hombre de lentes, vestido de casimir y levita, quien insistentemente lo ofrecía, parado en la banqueta, en una calle transitada por apresurados peatones. Corría detrás de cada uno, les tocaba el hombro, les jalaba las manos, les metía zancandilla, les lanzaba piedras, se tiraba al suelo, tratando de obstaculizar el paso, incluso llegó a hincarse ante algunos, pero fue imposible que alguien lo aceptara. Los transeúntes lo comparaban con el extraño mendigo de origen gringo (perdón norteamericano), que un buen día apareció en pleno centro de la ciudad pidiendo “one quetzal please”.
Él no pedía dinero, por eso parecía sospechoso, sobre todo por el traje de levita, de corte impecable, les daba desconfianza que alguien con esa pinta, de presentador de noche de gala, estuviera ofreciendo un premio; pensaban que podría ser una táctica publicitaria de algún refresco descafeinado, libre de azucares y dietético o bien un programa de televisión, de esos que agarran in fraganti a las personas, con cámaras escondidas, por lo que algunos de inmediato estiraban el pescuezo buscando a los camarógrafos.
La mayor atención que logró fue que le preguntaran si se trataba de algún billete de lotería o de algún premio en efectivo (cash es cash), a lo que respondía no, pero de inmediato argumentaba que era un regalo especial, para sentirse orgullosos, que lo podían poner en la sala, a la par de los diplomas de primaria, al lado de la foto de los abuelitos, en el stand de los trofeos de fútbol, bajo del escudo heráldico o sobre el televisor de plasma; en ultimo caso, en la cabecera de la cama, junto al Cristo Negro y la virgen de Guadalupe; pero nadie, absolutamente nadie, lo aceptaba.
Después de dos semanas de ofrecimiento, el autor de Hombres de Maíz, se dio cuenta que, después de haberse chupado el pisto, el premio con el que reconocieron sus noches de desvelo, las neuronas quemadas, sus sentimientos gastados, las novias perdidas y, sobre todo, que le daba importancia universal a las letras surgidas desde su imaginación, no era mas que un triste papel, lánguido, grisáceo, un poco ajado, que a la gente de a pie no les servía de nada.

Poncho Pilatus

jueves, 3 de enero de 2008

Memorias

Los ventarrones de ayer me hicieron recordar eventos similares sucedidos en el pasado. Estoy intentando recordar en orden cronológico, primero fue el huracán Fifí, mi prima tenía una perrita que respondía a ese nombre. ¿Quién sabe que fue primero, el huracán o la perrita?. En ese tiempo decían que caía un temporal, sólo años después supe que se trataba de tormentas tropicales. Todos corríamos bajo la lluvia, haciendo competencias, ganaba el que no se mojaba al atravesar el patio, crucé como cinco veces y mi ropa nunca se mojó; ahora que lo pienso tal acción fue un verdadero portento, porque en las noticias dijeron que hubo inundaciones y algunos muertos, mientras que yo corría y corría, pero el agua no me calaba.
El terremoto de 1976 fue de lo más traumático, aunque no para mi, por supuesto que nunca vi de cerca los muertos, aunque tengo presente que fueron más de veinte mil. Con mis primos y hermanos jugábamos fútbol en la calle con plena libertad, ese es el mejor recuerdo que tengo; claro que también había gente llorando, casas caídas y tremendas grietas sobre el pavimento; por eso me da cargo de conciencia cuando pienso en los interminables partidos. Tengo presente que escuché ruidos, perros ladrar y que desperté a mis padres como dos horas antes del gran temblor, pero no me hicieron caso.
En la memoria las cosas suelen ser distintas a como pasaron en la vida real, los vientos de 1981 o fue 1982, quizá 1983, fueron más violentos y soplaron durante veinte o treinta días consecutivos, era divertido dar un salto y el aire lo hacía a uno parar a seis o siete metros de distancia; algunas personas no tenían cuidado y les caían rótulos encima. Ya se sabe que las alfombras voladoras no existen, pero yo puedo decir que he montado láminas voladoras.
Después vinieron los bochinches y las quemas de camionetas, aunque de esas cosas también hubo años antes, de hecho fue a finales de los años 70s, pero al recordar uno confunde las fechas; siempre me dio tiempo de bajar de los buses antes de que ardieran, pero una vez mi mamá me pegó porque llegué a la casa con la ropa chamuscada.
Las bombas si fueron en los 80s, la verdad es que eso si no tenía nada de divertido, menos cuando las manos y brazos quedaban colgando en los árboles del parque central, así le decían antes, ahora se llama plaza central y ya no hay árboles.
Los recuerdos se escabullen a veces, pero creo que la arena negra que escupió el volcán de pacaya es inolvidable, el vidrio delantero de mi carro quedó cubierto totalmente, sólo mi pericia al volante me libró de chocar, por cierto nadie chocó por ese motivo. La arena acumulada en mi cabeza alcanzó para llenar un baño, más o menos grande, pero no tanto.
Las lluvias siempre han causado estragos en este país, pero el Mitch verdaderamente me afectó, perdí como quinientos quetzales que había pagado para pasar unos días en el IRTRA, el agua no me dejó manejar hasta Reu.
Un día una turba enardecida rodeo el edificio de Multi-inversiones, asi creo que se llama, a pesar de que mi novia se quedó atrapada, eso no cuenta como desastre natural, aunque naturalmente me asusté, pero ella más.
Ahora dicen que van a racionar la energía eléctrica, porque los ventarrones de ayer destruyeron kilómetros de cables, que mientras los reparan es necesario tomar tal medida. Lo cierto es que por poco me quedo sin cenar, pues todos los restaurantes estaban cerrados, porque la luz brillaba por su ausencia.
Este es un país de locos y cualquier desastre natural puede resultar grande o pequeño, pero siempre hay gente que exagera.

Maccarius Job.

miércoles, 2 de enero de 2008

Amante

Hoy sábado, 25 de agosto, murió. A partir de ahora la vida será un descanso para ella, que no ha conocido otro hombre que la haya hecho gozar y sufrir tanto. Ella lo amó, él la satisfizo. Por un tiempo creyó ser correspondida, ahora se alegra por su muerte; inexplicablemente, su amor nunca fue bien recibido; después de todo el sacrificio que hizo por él, la forma en que lo cuidó y le sirvió, ese hombre malagradecido llegó a despreciarla.

Ella era dos años menor, le tocó cuidarlo la mayor parte de su vida, sólo su madre comprendió el gran amor que sentía por él. Elizabeth sospechaba que su madre también había sido su amante tenido amores con él, pero no importaba: habían compartido tanto que compartir su gran amor era alcanzar lo sublime.

Siete años antes, Elizabeth pensaba: ¿debo acceder al conocimiento y olvidarme de Dios?, ¿de dios?, ¿qué es lo más sórdido que he hecho?, ¿afirmar mi divinidad?, ¿cumplir con creces uno a uno los siete pecados capitales?, ¿estar enamorada de Federico? Pero no es amor, no puede serlo, es una mezcla de gozo, deseo y adicción. Está loco, me odia y no puedo dejarlo.

Catorce años antes, Federico escribía: "Cuando busco la antítesis más profunda de mí mismo, la incalculable vulgaridad de los instintos, encuentro siempre a mi madre y a mi hermana".

Paco Pericles